jueves, 17 de febrero de 2011

Consulta Nacional De Políticas Culturales Y Participación Ciudadana: Breves Reflexiones Más Allá Del Clic

“Tanto que te gusta opinar, llegó el momento de hacerlo”. Con esta consigna, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes anunció el 14 de febrero la realización de una “consulta ciudadana” para la elaboración de la nueva política cultural.

Junto con la peculiar frase, lo primero que llama la atención del anuncio, es la oportunidad y duración del proceso: en pleno periodo de vacaciones y dos semanas de duración. De seguro si usted lee estas líneas a fines de mes y no se enteró de la consulta, habrá perdido la oportunidad al menos de "opinar". Si no es usuario de Internet, ni se enterará de todo esto, ni podrá participar, lo que es peor. Sin embargo, y más allá de la anécdota, el asunto tiene ribetes más profundos.

La convocatoria invita a la ciudadanía a “manifestar su grado de interés en diversas materias”, en los ámbitos de promoción de las artes, patrimonio cultural y participación ciudadana, como última etapa de un proceso “abierto e inclusivo”, que culminará con la elaboración de la nueva política para el período 2011-2016.

El enunciado “consulta ciudadana” haría pensar al lector desprevenido que se trata de un proceso abierto en donde la ciudadanía, organizada o no, es convocada a manifestar su opinión en los diversos aspectos relacionados con la política cultural del Estado de Chile: su valoración de la actual y las observaciones y propuestas para la nueva. Ni lo uno, ni lo otro.

Mediante un cuestionario online de 26 preguntas cerradas, la consulta busca medir el grado de interés, es decir, la valoración que se posee respecto del fortalecimiento de la imagen en el extranjero, la promoción de la alianza público-privado en el desarrollo y financiamiento de la cultura, el desarrollo de actividades culturales con enfoque de género, entre otros asuntos. No hay espacio para proponer, ni sugerir. La consulta invita a poner los acentos de la oración, no a formularla.

De este modo, la concepción instrumental de participación ciudadana existente en el plano de la gestión pública en nuestro país, más relacionada con la entrega de información, que con el empoderamiento y la participación efectiva en la toma de decisiones por parte de la ciudadanía, se vuelve a imponer.

Cabe señalar que en el ámbito de la política cultural, la participación de la ciudadanía no pasa de ser una expresión de voluntad, circunscrita a la capacidad e interés de los agentes culturales por “asumir acciones en los campos de la creación artística, de la producción y difusión de objetos culturales y de la preservación y buen uso del patrimonio”, como establece el documento “Chile quiere más Cultura. Definiciones de Política Cultural 2005-2010”, no existiendo en ella mecanismos que garanticen efectivamente este derecho. Así, como ha venido siendo la constante, los procesos de participación ciudadana quedan al vaivén de la voluntad política de las autoridades de turno.

En el caso de la formulación de la política, es revelador el ejemplo de las convenciones regionales, donde la metropolitana convoca de forma dirigida a agentes culturales, y la del Bio Bío, realiza una convocatoria de carácter abierta al sector cultural. Sin duda, formas distintas de entender la participación ciudadana y de cómo construir una política pública. Así, cobra sentido lo señalado por el estudio sobre participación ciudadana en el Estado, realizado por Acción (2009) que indica que “sin información es imposible participar”, y que si ésta no cumple criterios mínimos de calidad, tampoco se puede esperar una participación de verdad.

Lejos de constituir un avance, la consulta organizada por el Consejo de la Cultura viene a cerrar la puerta del debate abierto, público e informado que desde hace meses vienen demandado diversos agentes culturales del país. Con ella, se inaugura la era de la ciber participación ciudadana express, desaprovechando quizás la mayor oportunidad de este proceso: conocer la valoración que el sector cultural posee de la política misma y recoger los sueños y propuestas en el marco de un ejercicio democrático y efectivamente participativo, como demanda la altura de la tarea. Puede hacer clic si lo desea.

Roberto Guerra
Gestor Cultural
Presidente Escuela de Gestores Culturales EGAC.

Lea más de Roberto en su blog: http://robertoguerra.wordpress.com/