jueves, 11 de agosto de 2011

¿Por Qué Se Sigue Rechazando La Propuesta Del Gobierno?

POR NICOLAS GUILIANI. Trataré de compartir con los lectores algunos argumentos que permiten aclarar el nivel de desconfianza que existe desde la ciudadanía hacia este Gobierno y su(s)reiterada(s) propuesta(s) mercantilista(s).

Martes 9 de agosto de 2011| por Nicolas Guiliani, miembro del Senado Universitario de la U de Chile

En primer lugar, debemos hacernos cargo de la realidad. Diversas organizaciones internacionales, incluyendo la OCDE apuntan y denuncian a Chile como el país con la Educación superior más cara del mundo.

En segundo lugar, debemos resaltar que la demanda que nació desde el movimiento estudiantil y ha sido acogida por el conjunto de la ciudadanía es una demanda para la educación pública, por lo cual se espera una respuesta sobre lo mismo.

Desde ahí se entiende el rechazo a la(s) propuesta(s) tanto en su contenido que sigue apuntando en la transferencia de recursos del Estado hacia entidades educacionales privadas –de manera muy vergonzosa en el campo de la educación técnica profesional- como en el fondo donde se privilegió el slogan mercantilista del GANE y el FE en lugar del contenido y de la respuesta a la demanda de educación pública.

El análisis del discurso es una herramienta que permite definir claramente la vereda donde está sentado y trata de esconderse este Gobierno.

El nuevo documento entregado el lunes sigue con la lógica mercantilista anterior cuando lo que pide la ciudadanía es una refundación del sistema educativo, es una ruptura definitiva con el modelo vigente que promueve la educación como un bien de consumo.

En 18 páginas se hace uso de la palabra educación 95 veces. Sin embargo, sólo dos veces se hace referencia a la educación pública (pág. 3 y 10) y una vez en la “educación de gestión pública” (pág. 6). Es decir un 3 % para la educación pública, en sintonía con la miseria que viven nuestras universidades públicas en región que también se mencionan como universidades regionales y no como universidades públicas regionales tratando de resguardar el nicho de las numerosas y mediocres universidades privadas presentes en región.

Es aquí el nudo de la desconfianza, al ver que se exige con razón y compromiso ciudadano educación pública y que este Gobierno responde sobre educación.

El Gobierno aun no ha entendido la esencia misma de la demanda o probablemente la entendió pero su ideología y los intereses creados de varios de sus actores afines, no la quiere hacer suya.

Por ende, trata de transformar algunas falacias en verdades directrices.

Es falso que la mayor cobertura haya significado mayor calidad (pág. 3), tan así es que en este propio documento desaparece la calidad cuando se vuelve a mencionar el aumento en cobertura (pág. 10).

Es falso que el Estado deba garantizar un sistema de educación mixta (pág. 4 y 10). El deber del Estado es en primer lugar hacia lo público. Su deber es si que existen instituciones privadas de Educación procurar tras fiscalizaciones y exigencias entre otras de investigación -y no solamente de docencia de pregrado y gestión institucional (pág. 13)- la calidad de la enseñanza pero en ningún caso otorgar recursos del Estado, de todos los chilenos.

Mientras tanto no hay respuesta coherente a la demanda central de las universidades estatales mas bien se da vuelta alrededor tratando de marearnos. No resultará.
En ningún momento el documento menciona que se aumentará de manera permanente, hasta llegar a lo menos al 50%, el aporte basal a las universidades estatales, corazón de nuestra demanda.

Página 12 cuando se menciona el tema no está la palabra permanente que se espera sino otra dudosa, imprecisa que no permite avanzar sino más bien dudar: “complementar el aporte basal”.

Pero finalmente en el resumen está mas claro: “aportes basales contra metas”. Eso lo rechazamos de pleno. ¿Es muy difícil entenderlo, aceptarlo y responder favorablemente?

Primero se sube el aporte basal y luego con gusto concursaremos a fondos contra metas y convenios de desempeño.

Además, al mencionar la entrega de recursos a las universidades estatales de inmediato aparece en las líneas siguientes la idea de deberes y derechos (pág.10 y 11), dudando de nuestra capacidad cuando los resultados de la Universidad de Chile hablan por si solos.

Por qué no exigirles con tanta determinación derechos y deberes a las salmoneras, las mineras, los empleadores de los temporeros agrícolas...

Tenemos claridad sobre nuestros Deberes y Derechos, sobre nuestra Metas.
Queremos mas aportes basales para responder a la necesidad del aumento en cobertura, para poder recibir mas jóvenes y entregarles la educación de calidad que se merecen en lugar que vayan con su familia endeudándose rellenando los cupos de instituciones cuya vocación con la educación y el país es nula en la gran mayoría de ellas (una sola está acreditada en Investigación).

Nuestras metas las tenemos claras, no las perdimos aunque fuimos abandonado por el Estado, no la perderemos al recibir el aporte basal que corresponde a un país desarrollado como Chile. Seguiremos con exigencia y transparencia entregando una educación de alta calidad al país.

Ya no hay tiempo para tergiversar las respuestas. Queremos algo simple: Educación Pública.

La ciudadanía exige educación pública de calidad y para todos en todos los niveles como lo revela última encuesta del CEP.

La ciudadanía exige que el Estado cumpla con su deber lo cual está al opuesto de lo que trasparece en la propuesta entregada este lunes por el ministro Bulnes.

Es tiempo que el Gobierno escuche y responde dejando su ideología mercantilista de lado y dándole satisfacción a la gran mayoría del País, en lugar de tratar de proteger, salvar y fomentar los intereses de la gran minoría que se hace rica a costo de la Educación, a costo de las generaciones futuras de nuestro país.