Cómo La Mosca Salvó Al Río. Relato Anishinabe - Indígena Norteamericano

Cómo La Mosca Salvó Al Río. Relato Anishinabe – Indígena Norteamericano

 

Del libro De Sur a Norte, Relatos de América

de Cecilia Beuchat y María Valdivieso

Ilustración de Paula Gutiérrez
El Alce y La Mosca. Ilustración de Paula Gutiérrez

 

Hace muchos, muchos años, cuando el mundo era nuevo, había un río hermoso. En él vivían muchos peces y sus aguas eran tan puras y dulces que todos los animales se acercaban a beber.

 

Un alce gigante supo de las bondades de este río y también fue allí a beber. Pero era tan grande y tomaba tanta agua, que muy pronto el nivel de ésta empezó a bajar más y más.

 

Los castores estaban preocupados. El agua cerca de sus viviendas estaba desapareciendo. Muy pronto sus hogares se destruirían.

 

Las ratas almizcleras también estaban preocupadas. ¿Qué harían si el agua desaparecía? ¿Cómo vivirían?

 

Los peces también estaban preocupados. Los otros animales podrían vivir en tierra si el agua se secaba, pero no ellos.

 

Todos los animales trataron de pensar en una forma de alejar el alce del río, éste era tan grande, que les daba demasiado miedo intentar algo. Hasta el oso le tenía miedo.

 

Al final, la mosca dijo que trataría de alejar al alce. Todos los animales se rieron y brularon. ¿Cómo podría una pequeña mosca asustar a un alce gigante? La mosca no dijo nada, pero ese día, no bien apareció el alce, se puso en acción.

 

Se posó en la pata delantera del alce y lo picó decididamente. El alce pateó con fuerza y cada vez que dejaba caer su pata, el terreno se hundía y el agua entraba rápidamente, llenando el nivel. Entonces, la mosca zumbó y se posó en todo el cuerpo del alce, picándolo por aquí y por allá, hasta que lo enfureció. Se abalanzó como loco por las riberas, agitando la cabeza, pateando, bufando y resoplando, sin poder deshacerse de esa mosca cargante. Finalmente, el alce huyó del río y no volvió nunca más.

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