Acostumbrado a los espectáculos,
francamente decadentes, que nos entrega la estructura política
partidaria de Chile, que no difiere mayormente de aquella otra asentada
en Latinoamérica, creímos que, en esta oportunidad, habría un sincero
deseo de abrirse a la resolución ciudadana de base, para estructurar la
planilla electoral parlamentaria de noviembre. No fue así.
Simplemente, mantuvieron incólume la política de “puertas cerradas”, dando la espalda al electorado de Chile, que con justa razón se preparaba para ser actor y no un mandado político, como ha ocurrido hasta ahora.
El presidente del PPD, Jaime Quntana, definió este episodio con una sentencia: “Ahora, estaremos, los partidos políticos, en el último lugar de la política chilena”. Todo fue inútil. Decenas de sesiones en el Parlamento, millones pagados en dietas, cien viajes al extranjero, (¿para qué?), miles de minutos de televisión y radio, cientos de espacios en la prensa escrita. La democracia elevada a los altares como panacea absoluta del bien. Ahora, el Gobierno invirtiendo millones de pesos para que el electorado concurra a las urnas. ¡Qué vergüenza!
La democracia es la manifestación de la libertad social y la libertad es la manifestación de la responsabilidad. Los partidos, no son demócratas ni responsables.
Sin embargo, hay que decirlo, en medio de este panorama negro y sin sentido, hubo una luz. Renovación Nacional, con todas sus curiosidades, sigue siendo, por lejos la colectividad más confiable. Aunque tampoco fue capaz de organizar una primaria en esta provincia, requerida por sus bases. Al menos, lo hará en otros diez distritos. Y no hay nadie más.
En verdad, Renovación Nacional es una colectividad que llama la atención. De partida, sus componentes que fueron parte del régimen militar, nunca han adjurado de ello. Por el contrario, manifiestan sin ambages tal hecho y con orgullo. No así en sus socios UDI, muchos han escondido, cínicamente, sus servicios personales a dicho Gobierno. Hoy, en las primarias, de Recoleta en Santiago, Renovación lleva a Valentina Verbal, declarada transexual, que defiende a la derecha, su historia nacional y las realizaciones del régimen militar. Y hay muchos otros ejemplos que a esta colectividad, la hace ser diferente por su franqueza y transparencia pública, que el resto. Hoy da un nuevo ejemplo, al ser el único partido, que al menos en diez distritos, invita a los electores para definir candidaturas. Mis respetos y aplausos por su consecuencia.
¿Qué viene ahora? Orrego, PDC, hace un llamado: “Hagamos primarias, aunque no sean vinculantes”, dice. Sabe de la pelea dura con descalificaciones y pelambres en los comités electorales partidarios que, definirán los candidatos a cientos de kilómetros. Al o ser vinculantes, será igual. Aquí, será Urrutia o de la Jara, en la DC; Pérez o Belloy en el PR; Veloso o Urruticoechea, en RN. Al PS y PPD no se les conoce candidato. Y en las senatoriales, se asoma Gómez. José Pérez, que pudo haber sido, no dio el ancho. Víctor Pérez sigue solo. Tendrá que emular al senador Ríos en su batalla épica del 2007, que logró la primera mayoría nacional de la Alianza y la quinta general.
Otro hecho: toda la primaria DC también quedó en el olvido.
Mario Ríos Peñafiel
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