miércoles, 14 de octubre de 2009

América...

América morena, América soleada, América-americana Trozo de Pangea a la deriva por los tiempos de la historia Madre de vientre fecundo, mujer de anchas caderas y túrgidos pechos de mieles y frescos manantiales que se derraman por tu cuerpo desnudo saciando la sed de tus hijos y regando las simientes que sus manos plantan. 

América, espina dorsal que se levanta desde las entrañas de la tierra y estalla en soles de fuego y vientos marinos. América, sueño inconcluso de los dioses tutelares virgen morena hecha con trozos de lunas y cometas errabundos que trajeron consigo el núcleo vital que te hizo carne y celo. 

De él nacieron los hombres de greda que te habitaron Que te hicieron caña dulce y trigo para alimentar su mesa Hombres-dioses de largas noches y claros días en ti se durmieron De tus cabellos despeinados por los vientos oceánicos sacó su color la noche que te vio un día mojada de verdes rocíos cuando tus pies danzaban en las vertientes primarias A ti elevo este canto que es plegaria de amor y vergùenza Oración que pide perdón por tanto llanto y tanto olvido Es súplica por los que en ti soñaron libertades Canto de amor en las noches de tus blancas playas 

Perdón por tantos y tantos ríos encerrados Por los hijos que no verán el verdor de tus ojos Una oración que cierre tus abiertas heridas desde aquellos siglos en que otros te desgarraron haciéndote morder el cero de sus cadenas doblegando tu frente altiva América, la de los pies descalzos la de los labios rojos y blancos pechos cuándo elevarás otra vez tu canto victorioso cuándo verás prendida a los vientos las risas de tus pueblos como la canción nacida en los albores de todos los tiempos cuándo tus costas heridas por tantas y tantas mareas sangrantes se vestirán de algas y jugarán en ellas los dioses olvidados América-americana, sal y viento corazón palpitante que se ahoga en aires de óxido y metal verde pulmón martillando inexorable el paso de los años dame tu voz encerrada en las tardes de tus inviernos para hacerme collares de notas transparentes Regálame el silencio que anida en los desiertos solitarios porque en ellos está el silencio mío jugando a hacerse sueño Quieri nacer río para abrazar tu cintura y besarte toda para dormirme en tu seno y despertar hecho hombre y cóndor árbol de fragantes maderos y acunar un día tu nueva raza Quiero ser la piedra en que se grabe la imagen de los lagos que te habitan en las profundidades y conocen secretos que aún atesoras y guardas de las manos ávidas de los invasores América-amerindia, Virgen Morena cintura de caña dulce y verdes ropajes ¡cuándo serás de nuevo el pan y la esperanza de tus pueblos! 

Alicia Pereda Saavedra 
Poetisa de Nuestro Bio Bío