sábado, 7 de mayo de 2011

El Mundo Según Monsanto



En su revelador libro “El mundo según Monsanto”, la periodista francesa Marie-Monique Robin desenmascara la gigantesca red de influencias de la transnacional y devela irrefutablemente su propósito final: controlar el cultivo y la distribución de alimentos a nivel mundial, cueste lo que cueste. Además de tomar ventaja de la poca regulación que existe sobre los transgénicos en la mayoría de los países, Monsanto pasa por encima de las instituciones competentes con su “principio de equivalencia” en mano y recurre a cualquier medio con tal de conseguir autorización para introducir sus semillas. Prueba de ello es la multa de un millón y medio de dólares que en 2005 la compañía debió pagar por haber sobornado a un alto funcionario del Ministerio del Medioambiente de Indonesia.

Más grave aún es el hecho de que Michael Taylor -autor del “principio de equivalencia”- es funcionario de Monsanto y se ha pasado los últimos veinte años saltando de la actividad pública a la privada en EEUU, entre la industria alimenticia y los organismos que la regulan, haciendo de este intercambio de roles un verdadero arte de la sinvergüenzura. El último salto lo dio este año: Taylor está de vuelta en la FDA, esta vez como Consejero General.

El panorama es francamente desolador.

Imagine que usted es agricultor y produce maíz orgánico. Digamos que su vecino, también agricultor, decide plantar maíz transgénico. Sin que nadie lo note, el viento lleva algo del polen transgénico a su plantación y ésta se contamina incorporando en sus semillas los genes modificados. Al año siguiente, dos agentes golpean a su puerta: están allí para tomar muestras de sus plantas y comprobar así que usted no esté cultivando especies transgénicas sin haber pagado los derechos correspondientes. Un par de semanas después: ¡oh, sorpresa! Su maíz es ahora transgénico y a partir de ese momento debe pagar por él, o pierde la plantación y se va a la cárcel. Esto ya ocurre en Brasil y Argentina.



Información gentileza de Mauricio Olave