domingo, 6 de septiembre de 2009

Indiferencia

Domingo 10 am, alguien toca el timbre, abro con sueño y veo a un señor pidiendo algo para comer, -no tengo nada- y cierro la puerta. Desayuno y salgo a comprar cosas para el almuerzo, desde el vidrio del auto una señora con hartos perros y un mocoso de unos 8 años están trajinando un basurero, - que asco- imagino que buscarán algo para comer, (esa señora debería trabajar, pienso), y me paralizo un segundo me está mirando una criatura de unos 4 años, con la cara sucia, sus cabellos enmarañados y mal sujetos por un par de coles anudados, apoya sus manitas sobre un triciclo lleno de cartones y bolsas colgando a los costados, que suerte, me dio verde, sigo.

Entro al súper, compro pan, queso, jamón, carne y otras tonteras más, hago cola, me aburro, quiero ir a casa, acostarme de nuevo, hace frío. Pago, dono el peso a no que cosa, le doy $100 a la niña que me coloca en las bolsas mis cosas, me doy vuelta y me dice – que tenga buen día- pero yo ya estaba de espaldas, con el mejor de mis tonos mientras avanzo alejándome de los demás. El tipo del estacionamiento agita el pañuelo con afán, ayudándome, según él, a salir del estacionamiento creyendo que si no, no saldré con vida de maniobra tan compleja, -fácil ganarse la vida así- saco cuentas unas 50 monedas al día son $5.000 diarios, son $35.000 semanales, y $140.000 mensual, . Miro para otro lado, no hago contacto visual, acelero, pongo la radio, ¡chuta! el diario, paso al siguiente quiosco, - me da el sur por favor - ¿cuánto es?- ok gracias- “Tío me da una moneda”… no! por dios que molestan estos pelusas, odio los flaites, los pungas, los longi, los roteques, en cualquier momento te cogotean, te rayan el auto, te entran a robar… ¿dinero para qué?, para la pasta, para cigarros, pendejos viciosos, me irrito, viciosos de mierda, flojos, lacra, proyectos de reos, ignorantes, sucios, uff! el gusto de ser pobre.

Abrocho el cinturón, leo titulares, “otro bono”, que fácil es vivir del Estado, es tan cómodo ser pobre, salud gratis, educación gratis, casas prácticamente regaladas, bonos por todo, asignaciones familiares – sus protestas y listo- un regalo, , eso es lo que detiene a mi país, los flojos, los pendejos de mierda que no estudian - a mi viejo igual le costó - somos familia de esfuerzo, de clase media, todo lo hemos ganado, nada nos han regalado.

Otro titular “Mueren 4 madres en el Hospital de Talca”, cada vez está peor la salud, menos mal que me parieron en la Clínica Francesa, -lástima que quebró- ahora será en el Sanatorio Alemán no más, otro “Bajan los resultados de SIMCE y PSU, brecha entre particulares y municipales se incrementa”, cabros flojos, si están en la calle, cogotiando, perdiendo el tiempo en vez de esforzarse, el mundo está lleno de oportunidades para todos por igual –es cosa de saber aprovecharlas no más-. En vez de estar buscando comida en los basureros, empaquetando comida ajena, pidiendo plata para drogas o sobreviviendo del abandono, deberían estar estudiando en la educación gratuita que le da la sociedad, mal agradecidos. ¡Córrete del medio po`weón!, molestosos niños malabaristas de las calles, -estoy apurado, me dió hambre y me quiero acostar, hace frío-.

Por Francisco Córdova