lunes, 19 de abril de 2010

Fraternidad Ciudadana: Una Legítima Forma De Hacer Política

Mientras el Presidente Sebastián Piñera y su gobierno despliega territorialmente toda su maquinaria publicitaria y mediática para realizar anuncios de reconstrucción, mientras la Concertación sigue mirándose el ombligo y tratando de buscar responsables de la derrota y algunos se enfrascan en altercados de teleserie, mientras la prensa nacional centra su foco de atención en lo que ocurre en Cuba con el tema de los Derechos Humanos y en menor medida con los casos de pedofília que afectan a la Iglesia Católica, la sociedad civil, la ciudadanía a través de diversas expresiones e instancias de sociabilidad y trabajo comunitario se mantiene (sigilosamente) desarrollando tareas de ayuda y colaboración a quienes sufrieron, pero por sobre todo siguen sufriendo como consecuencia del terremoto del 27 de febrero.

Pero más allá de las apreciaciones, aquí hay un tema de fondo. Producto del terremoto y ante la falta de respuesta del Estado y la institucionalidad, fueron los propios vecinos, la ciudadanía quienes se dieron la tarea de organizarse desde sus particulares realidades y espacios de convivencia para hacer frente a las necesidades y complejidades, pero especialmente ante la falta de ayuda, asistencia y respuesta de sus autoridades e instituciones. Al mismo tiempo aquello conllevó y desarrollo directa o indirectamente una forma de entender y hacer política que no pasa por la dependencia o incorporación a las estructuras partidarias o del propio Estado.

Fue así como espontánea, fraternal y mancomunadamente y con un claro espíritu de gratuidad, es decir, sin pedir o esperar algo a cambio, juntas de vecinos, organizaciones sociales, centros cultural, federaciones de estudiantes, jóvenes profesionales de distintas áreas del quehacer local, dieron vida a instancias de colaboración y asistencia a sus compatriotas. Entre tantos ejemplos locales y regionales podemos mencionar al Centro Cultural y Social Seamos Más y la Red Redos, seguramente instancia desconocidas para algunos, pero que cumplieron y siguen cumpliendo una tarea encomiable en cuanto organización y asistencia.

El trabajo silenciosos, pero efectivo más que efectista de las diversas instancias de la sociedad civil, son una muestra evidente de como entender y hacer política, con contenido solidario y comunitario; aquella que nace y se da desde de la propia base y que tiene como objetivo fundamental propender a un trabajo mancomunado y comprometido entre los vecinos.

Quien sabe si a través de estas y otras instancias que puedan surgir, se pueda cimentar progresivamente un camino que conduzca a una legítima forma de hacer política, aquella que se construye sobre la base de la fraternidad ciudadana.

Prof. Danny Monsálvez Araneda
Depto. de Historia
Universidad de Concepción