La educación Chilena en los últimos 25 años aproximadamente, vista desde el punto de vista curricular, no ha atravesado cambios sustanciales en lo que significa salir de la mirada técnica y asistencial, y es cuestión de comenzar a revisar los distintos gobiernos, desde la dictadura militar, pasando por la concertación, hasta el actual gobierno de derecha.
Es así como no es necesario ser un erudito en la materia para darse cuenta que el currículum es la hebra madre por donde atraviesa cualquier sistema educacional, hablando ideológicamente, por ende si echamos un vistazo breve al comienzo de este declive educativo que tenemos hoy en día, no es extraño encontrarnos con resultados que sean igual o peores a años anteriores.
Cuando hablo de un sistema para replicar, toco de inmediato el currículum técnico, aquel que lo vemos a diario reflejado desde la enseñanza pre-escolar hasta la enseñanza universitaria, en el cual estamos enseñando sólo a memorizar, a seguir instrucciones y a que los estudiantes sólo lleven a cabo tareas netamente mecánicas y en donde además el esfuerzo mental reflexivo es prácticamente nulo. Es así como hemos caído en la estratificación y estandarización de todo, llamemos a esto SIMCE, PSU y a tantas otras pruebas con las cuales evaluamos a diario a nuestros estudiantes. Con tristeza es posible ver a los diferentes establecimientos de nuestro país luchar y codearse entre ellos mismos por ser mejores en “excelencia académica”, resultados arrojados por el SIMCE, en vez de salir de la mirada competitiva y adentrarnos a una mirada mucho más comunitaria y fraterna, esto último claramente no pasa en Chile.
¿Cuál es la explicación por la cual reforma tras reforma no cambia esta crisis?, en primer lugar y en muy sencillas palabras, la explicación política a este entuerto es por lo que dije en un principio, el currículum educacional es el motor principal, es la herramienta ideológica con la cual todos los gobiernos echan mano para mantener al “futuro de Chile” nuestros niños y niñas, tranquilos y sin pensar, menos atreverse a criticar mucho, esto significaría un acto de falta a la ética educativa de cualquier establecimiento convencional realizar tal acto. En segundo lugar, institucionalmente los jardines, escuelas, liceos y universidades contribuyen a formar educandos mecanizados (claro está existen excepciones), y sin si quiera buscar un culpable, nos encontramos cara a cara con un sistema perverso, que obedece a intereses del mercado y no se preocupa de lo central, las personas, ¿Qué estamos formando? Aun no puedo, ni me atrevo a dar respuesta a tremenda pregunta.
Pues bien, ninguna crítica es realmente verbo, sin que ésta se lleve a la práctica, y afortunadamente en Chile hay atisbos de transformación, el estar ya la educación en primer lugar del debate, el que millones de estudiantes estén luchando por una educación gratuita, laica, de calidad y al servicio del pueblo, ya nos da indicios de algo bueno, pero aún falta mucho, y es lo que se debe plasmar tanto a nivel país, regional, comunal y local. No debemos olvidar que se vienen nuevas elecciones municipales, y es el primer paso en donde debemos traspasar la educación como herramienta trasformadora, y Por Una Nueva Concepción va por ello, pasar del discurso y la meritocracia, a la acción y el trabajo con los distintos entes involucrados en este importante tema. Se debe involucrar a las distintas juntas de vecinos, a los trabajadores, a las federaciones de estudiantes, a los distintos colectivos y organizaciones autónomas que realizan un trabajo de base mucho mejor que los actuales partidos políticos, estos últimos han respondiendo a intereses cupulares de unas pocas personas en vez de responder a la comunidad.
Es por esto, que Por Una Nueva Concepción llama a reestructurar de una vez por toda la educación en todos sus niveles, a transformar la manera de mirar la educación como una simple herramienta de aprendizaje mecanizado a una herramienta del pensamiento reflexivo crítico, pero sin ustedes lectores, esto es imposible. Empodérate, indígnate y apóyanos en este largo, difícil pero hermoso camino que tenemos por delante.
Juan Sáez Mansilla
Coordinador Estudiantil
Colectivo Por Una Nueva Concepción.
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