Jamás he estado de acuerdo con
ninguna acción que afecte negativamente a otros, ni por la causa, ni por la
rabia. “Tomarse la calle” es un acto
violento que obliga a otros a predisponerse con emociones incontrolables y que
en ningún caso promoverán el crecimiento armónico de una sociedad. Ninguna
causa es justa si para sanarla es necesario incorporar a otros en contra de su
voluntad. Es un hecho de la causa que la violencia solo genera violencia, no se
puede esperar de otros que reaccionen con solidaridad si se les impone una
"razón", y tampoco se les puede pedir a otros que sean también
constructores en comunidad de un país anhelado, si en la forma en que se sociabiliza la causa se contradice con el espíritu
que se busca en el fondo.
Hoy se entiende a las
movilizaciones como un acto de dar a conocer los conflictos que unos están
sufriendo, pero para los efectos prácticos las movilizaciones se han convertido
en "actos de visibilización" de la causa, algunos han sido muy
atractivos por el nivel de creatividad que han aplicado u otros, que repitiendo
formulas exitosas, han logrado su objetivo: sociabilizar la causa.
Pero los últimos actos de
movilización han sido conducentes a hechos repetitivos, fofos y de escaso apoyo
por parte de la comunidad a la que se le hace el llamado. Ha resultado
contraproducente tratar de explicar a la comunidad las razones de la causa
sobre la base de violentar a otros.
En Coronel han habido casos muy
claros de esa contradicción. Los pescadores artesanales y los choferes de la locomoción
colectiva (Coronel Lota) han abusado constantemente de la comunidad por “sociabilizar
la causa”. Aquello solo debilita la importancia relativa que existe en el fondo
del discurso y transforma a los movilizados en entes destructores de las
escasas confianzas que se han logrado generar ante temas que de una importancia
bastante clara. Más aún se develan contradicciones propias de los tiempos:
Prometer para no cumplir mella la posibilidad de tener una sociedad organizada
y pensante de sus propias realidades.
Hoy, el perfil de esas
organizaciones que levantan el puño por la causa, se escucha en el consciente
colectivo con una sola definición:
MAFIA. La mafia de los pescadores que se vendieron por una cuantas lucas más a
Endesa, La mafia de los choferes y dueños de las Coronel Lota que chicotean
constantemente al Gobierno para evitar ser licitados y normados como ocurre en
otras ciudades del país. Mafias que solo buscan el beneficio personal a costa
de violentar a toda una comunidad que ya está cansada de tantos otros abusos
que les impone esta democracia hipócrita. No pueden, ni deben considerarnos a nosotros como moneditas de cambio para negociar.
Tengo claro que la sociedad tiene
el trasero atornillado al sofá y que ningún problema social le es ajeno. Nada
está desvinculado y es necesario entregar información (el fondo) suficiente
para lograr una sociedad movilizada. Pero ya basta de “tomarse” los espacios de
otros para lograr única y exclusivamente beneficios personales. De eso estamos
cansados!
Llegará el momento en que
dejaremos de mover a las masas para empezar a mover conciencias. Llegará el
momento en que nos eduquemos por una necesidad vital: Salir de la Ignorancia.
Pero se hará con algo que cuesta más aún que tomarse las calles… Se hará
concientizando y Jamás Violentando.
Luis Fraczinet
Secretario General
Partido Humanista Zona del Carbón
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