amargo y solitario ramo de luz marchita,
aromo en los suburbios de mayo desolado,
domingo en los escaños de luna de provincia.
Me envuelven tristes humos, enredaderas pródigas,
pájaros mortecinos, cales desvanecidas,
y tengo sed de un agua feroz de altos augurios,
flor de la nieve pura, urdimbre cristalina.
Nostalgia porque tuve, desvelo porque sueño,
canción porque soy mudo, temblor porque soy fuerte,
a nadie doy mis llaves, con todos voy y vengo.
Irremediable herrumbre de ser, en que apresuro
las bodas sigilosas en un recodo súbito
con la dulce doncella cautiva de la muerte."
Quien así se autorretrata nació en Bulnes, pueblo cercano a Chillán, un
día 30 de mayo de 1922, hijo de Antonio Faustino Gonzáles Púcher,
natural de Madrid y de Francisca Urízar Areitio, orunda de Zaldívar, en
las provincias vascongadas. Fui el menor de cinco hijos, el pez más
chico de la casa, al decir de mi madre. Componían la familia, además de
mis padres, mis hermanos faustino de los reyes, jesús Alberto, Fermina
del Carmen y Juan Cecilio Gonzáles-Urízar. Y nadie más ¿abuelos, tíos,
sobrinos, parientes? Todos en España. Desconocidos entonces, ahora y
quizá, para siempre jamás.
"Bulnes, allá en el sur,
palas, tizones, agrias naranjas,
zaguán azul y polvareda..."
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