La más bella trascendencia de lo obrado por el ser humano se encuentra en el alma que brilla al recordarlo.
El recuerdo es nuestra herramienta para sentirnos parte de una historia, continuando el camino que se sirve de los corazones que avanzan hacia lo imposible... la transcendencia de nuestras manos, nuestra voz y nuestro cariño. Uno recuerda porque necesita volver a pasar por el corazón lo que nos impulsa en la vida.
Víctor le canta a las estrellas... Porque hay muchas y alcanza para todos.
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