viernes, 28 de diciembre de 2018

Sobre el Arte de Leer... Por Horacio Krell

El arte de leer transforma la realidad y moviliza los sentidos leyendo lo que apoya o contradice las creencias. Los problemas de la época son el analfabetismo funcional, no leer por falta de tiempo y generar expertos incapacitados fuera del ámbito de su disciplina.

Mantener la postura de lector es una señal de que se busca. Al leer con placer y con sentido se ve otro mundo. Leer para Borges es hacerse persona. En textos que contienen ironía, humor y juego de palabras, uno se construye con el lenguaje y sin recetas.
 
La lectura es una construcción con quiebres. En “Los imposibles” de Ema Wolf el señor Lanari -hecho de lana que se desteje- llega a lo de su abuela para que lo teja. Al romper los moldes la lectura se teje y se desteje como Lanari. Leer es como reescribir el texto, lo que ayer no me gustaba puede agradarme hoy.

Qué es leer. Borges dijo que somos lo que somos por lo que leemos. La lectura es constitutiva. El cerebro se forma con la lectura y la cultura, pero no basta tener buena vista. Hay que formular preguntas de comprensión, de verdad y de valor que apoyan, atacan, articulan y ayudan a crear una memoria argumental y la capacidad de juicio.

La arrogancia crea un vértigo simplificador que borra diferencias, ignora excepciones e insiste en la regla. El vértigo del especialista es que tiene un martillo y todo le parece un clavo. Lo mejor es un pensamiento que  vincule las partes en un horizonte más amplio. La percepción sin el concepto es ciega el concepto sin la percepción es vacío. El cerebro sin memoria no puede pensar y sin lectura la memoria no puede aprender.

Leer es dialogar  con el autor, comprenderlo, descubrir su propósito, preguntarle y tratar de hallar las respuestas leyendo. Leer es relacionar, criticar o superar las ideas expresadas; sin  aceptar  cualquier propuesta, sino ofreciendo alternativas. El lector activo procesa y examina, así el significado del texto lo reconstruye el lector ¿Qué cuestiona y por qué? ¿Cómo acceder a los grandes pensadores? ¿En qué difiere leer en libro o en computadora? ¿Cómo leer?, ¿cuándo? ¿ dónde?, ¿por qué?, ¿qué recursos se necesitan?

Leer produce significados que sacan la basura de los ojos, nos rescatan, nos recomponen.

Leer la realidad. La imposibilidad de leer es un vacío que no logra entender nuestra confusión. Sin leer no nos comprendernos. Somos seres hechos de lecturas. Como en el señor Lanari las letras se acomodan y nos orientan, hacen más liviana la tarea. La estrategia es abrirnos para leer. Descifrar las señales, interpretar signos, gestos, sucesos, y distinguir las palabras falsas de las divinas. En este mundo se signos somos una huella donde cada existencia se apoya en el secreto de conocerse a sí mismo. La lectura facilita esa revelación, desentrañar la clave que nos hace únicos, donde cada día es un misterio, listo para una observación creativa. Hay que desarmarlo leyendo el misterio hasta descifrarlo.

Estamos llenos de dilemas. Resolverlos depende de lecturas que alejan las dudas y crean un orden que conduce nuestra vida. Leemos lo que pasa con una lengua vulnerable. A pesar de todo, todo, leemos. La lectura abarca los libros, pero también los movimientos de la vida. Que nos aliente porque a pesar del caos, al leer los motivos llegan a seres vacilantes que construyen una significación sobre la vida, en un mundo en el que explotan los sentidos.

El saber tiene 4 opciones: sé lo que sé (mi saber es explícito), sé lo que no sé (tengo conciencia) , no sé lo que sé (mi saber es tácito), no sé lo que no sé (es inconsciente ).

El saber como un fin en sí mismo choca con la practicidad y con el factor tiempo.

El saber enciclopedista. Hay quienes no pueden superar el texto y pasar al contexto.

La visión tubular del especialista mira por un tubo sin ver el conjunto. No sabe que su saber es tan importante como el contacto con quienes poseen el conocimiento complementario.

Un mundo intensivo en átomos se transformó en un mundo intensivo en bits. También la tecnología debería almacenarse para desarrollar ventajas competitivas para que el saber de la práctica individual se incorpore a las redes de conocimiento en alianzas estratégicas.

Nuestra cultura no tolera ver pasar al tiempo y mata con hiperactividad, sin embargo el no hacer del aburrimiento permite imaginar y construir sentidos nuevos. Como la página en blanco que inaugura la escritura, la incertidumbre crea valor. La insatisfacción como seres incompletos nos hace lectores rebeldes y nos ayuda a armar pequeños universos en equilibrio, inestables pero útiles. La disposición natural para la lectura surge de pulsiones no resueltas que nos hace “lectores desde el nacimiento”; esa es nuestra naturaleza.

La escuela no debe aniquilar la actitud de interrogarse y de responder leyendo. Esa disposición a tragarse el mundo para asimilarlo- sin ponerlo en caja para que se acomode- debería ser el juego socializador de una escuela que no domestique.

Políticamente correcto es contar con un estado que promueva estos cambios, estratégicamente perfecto es que los actores sociales adopten las mejores prácticas. Conocerse a uno mismo, desarrollar el potencial de la mente, administrar el tiempo y el capital intelectual, educarse a distancia, formar redes de conocimiento, participar en fábricas de ideas y en alianzas estratégicas son las nuevas técnicas que requiere nueva era.

Técnicas para mejorar la capacidad de lectura.  Comenzaron a principios del siglo XX, cuando la información escrita aumentó y debía estar al alcance de muchas personas.

En la primera guerra mundial muchos pilotos perdían segundos vitales durante combate al tratar de distinguir si el avión era del bando propio o del enemigo. En respuesta a ello se ideó el llamado “método taquitoscópico”, que consistía en mostrar aviones en una pantalla durante pocos segundos para adiestrar a los pilotos a distinguirlos. Gradualmente se aumentaba la cantidad de imágenes y se reducía el tiempo de exposición.

La idea se usó para la lectura, proyectando cada vez más palabras en una pantalla y reduciendo progresivamente el tiempo de exposición.  Sin embargo, las personas regresaban a su velocidad de lectura habitual porque no habían desarrollado nuevas destrezas. La mejoría del método taquitoscópico se debió a una motivación específica.

En los años sesenta, se descubrió que con entrenamiento los ojos aprenden a moverse más rápido, y aumentar la cantidad de palabras que es posible decodificar en cada percepción.

Lectura convencional. Visualización. Recepción visual de la información por sílabas o palabras sueltas. Fonación. La información pasa de la vista al habla (articulación oral consciente o inconsciente).Implica tiempo desperdiciado por la  vocalización y subvocalización. Audición. La información llega al oído (sonorización introauditiva, generalmente inconsciente). Es otro paso innecesario que frena la velocidad de la lectura.

Cerebración. Oído-cerebro: integración de los elementos que van llegando separados. Tardía culminación del proceso comprensivo en el modo de lectura común lenta.

Para evitar estos procesos se recurrió a la visualización global de varias palabras o frases enteras y su integración cerebral totalizadora  que permiten una vía rápida y comprensiva.

A través de ejercicios visuales y mentales con supervisión docente se eliminan los pasos retardatorios, y se logra el acceso  al modelo directo que permite leer en un proceso único.

La intermediación de las funciones vocales y auditivas demanda una excesiva coordinación al cerebro, incrementando el número de distracciones y creando la barrera del sonido ya que no se puede hablar o escuchar a más de 100 palabras por minuto, en esta época caracterizada por el crecimiento exponencial de la información y la escasez de tiempo.

Este cambio actúa como el gran propulsor del aprendizaje de segunda mano, basado en la lectura de los grandes y no sólo en la experiencia propia. Es el consejo implícito en la frase de Newton: “No soy un genio, estoy parado sobre la espalda de gigantes”.

La técnica convencional de lectura obliga al cerebro a realizar y coordinar excesivas pausas y detenciones porque se lee de una manera parecida a como se escucha. Al interpretar la palabra escrita por la  audición de sus letras o sílabas, recién puede comprenderse su sentido al terminar de leerla, es la barrera del sonido. Se la llama tubular porque  enfoca el texto como si alguien pretendiera mirar el mundo por un tubo: “no comprendería nada”.

Se ha comprobado que se disminuye la visión cuando el material carece de sentido.

Realice esta prueba: Con la vista en el  punto superior lea la mayor cantidad de letras:

·

M R L D O R W Q M O K T E T Y Z


Ahora pruebe intentando leer más palabras:

·

ESTUDIO CARA MODA LEYES

Y con esta frase:

·

LA GUERRA DEL GOLFO


Observe como sentido de  la frase permite usar mejor el campo visual natural.
Lo que no se puede medir no se puede mejorar Un curso de lectura comienza por medir el nivel inicial de  velocidad y comprensión en la lectura. 

El poder del hombre se conecta a la lectura. La ecuación del hombre con el tiempo ya no cierra. El crecimiento exponencial de la información supera sus destrezas lectoras. Como el  tiempo no se puede modificar la solución es perfeccionar la mecánica de la lectura.

El hombre no es fuerte cómo los animales que lo precedieron, no nada bajo el agua como el pez, no vuela como el pájaro, ni puede cambiar de colores como el camaleón, requiere de sus padres para sobrevivir; y sin embargo fue el conquistador del planeta.

Ese gran poder lo obtuvo gracias a su capacidad de comunicarse de una forma en la cual ninguna otra especie pudo imitarlo. Mediante la invención del lenguaje verbal logró compartir ideas, teorías, conocimientos, miedos y esperanzas. El hombre es el único ser que pudo grabar el alfabeto en su cerebro (nunca se pudo entrenar a un animal para que lea).

Karl Popper no definió la ignorancia por ausencia del conocimiento sino por rehusarse a adquirirlo. Como si uno fuera una obra concluida y el aprender una amenaza.

Ser alumno es una disposición a reconocer lo que le falta y tener el deseo de adquirirlo aprendiendo. Si no se admite la falta y se la exhibe desafiante, no hay posibilidad de superarla. Sin humildad la sociedad no genera alumnos. Epícteto decía que no se aprende aquello que se cree saber. Si nada que aprender: ¿para qué serviría la educación?

La vida se construye cada día con la luz de los que nos alumbran. Nadie está hecho, el niño al nacer es una página en blanco, a completar con la educación y la experiencia. No sabemos cómo somos, ya que cambiamos aprendiendo y edificándonos continuamente.

Dr. Horacio Krell. Director de Ilvem. Dicta conferencias gratuitas sobre métodos para optimizar la inteligencia. Su mail de contacto es horaciokrell@ilvem.com