La Isla Mocha con una superficie aproximada de 52 km2, está situada a 35 km. del continente, frente a la desembocadura del río Tirúa. Morfológicamente se caracteriza por tener un sector montañoso central caracterizado por un bosque higrófilo húmedo de gran belleza rodeado de un sector aterrazado perimetral correspondiente a antiguas lìneas de playa dominado por una paisaje de praderas y vegas.
Juan Bautista Pastene, navegante italiano al servicio de la Corona Española, fue el primer europeo que conoció la isla, en 1544. El cronista Jerónimo de Bibar señaló que por el 1500 vivían aquí más de 800 indios de filiación mapuche. Investigaciones arqueológicas recientes indican la presencia casi continua de grupos humanos desde el 3500 antes del presente expresada en un franja de sitios habitacionales contiguos al sector de bosques. En uno de éstos, que ha sido denominado P-31, se concentra una gran cantidad de restos culturales, principalmente instrumentos de piedra y hueso, restos de fauna marina (mamíferos marinos, moluscos, crustáceos y abundantes restos de aves y peces) y terrestre (camélidos y roedores) con una extensión aproximada de 100 m2.
Una parte importante de los artefactos de piedra se asocian al trabajo con hueso y madera, evidenciando la explotación del bosque por parte de esta cultura. Esta cultura contaba con pulidores de cerámica para la práctica de la alfarería, con manos de moler para la molienda y con puntas para los instrumentos de caza. Por otra parte, hay evidencias de prácticas de agricultura, principalmente maìz y probablemente quínoa). Recolección de vegetales La cerámica encontrada ha sido fechada entre el 1000 hasta el momento inmediatamente previo al contacto europeo (1260-1460 d.C.).
Constituye casi en su totalidad material monocromo; hay algunas piezas que incorporan elementos decorativos. Se ha podido establecer morfológicamente que en general éstas últimas corresponderían a ollas, jarros, escudillas y grandes vasijas tipo urnas.
Por ahora se ha logrado establecer que la isla fue poblada desde el 1500 a.C. por diferentes grupos humanos de filiación mapuche y pre-mapuche. Esta población permaneció en el lugar hasta alrededor del 1700, conservando elementos de su cultura original y complementándola con elementos exógenos obtenidos en virtud del contacto con la población europea. Posiblemente desde antes de la llegada de los españoles, los mapuche mochanos estaban organizados en dos grupos o secciones, compuesta cada una por una serie de familias extensas semi-autónomas. Sus estrategias de subsistencia estaban centradas en la horticultura, la crianza y caza de animales, la pesca y recolección de algas y moluscos, actividades complementadas con un frecuente intercambio de bienes con poblaciones continentales.
Durante el siglo XVIII, uno de los gobernadores de Chile procederá a despoblar la isla, por constituir ella un lugar de refugio y aprovisionamiento de piratas y corsarios. Los mochanos fueron trasladados a una misión en la ciudad de Concepción, lo que determinó su desaparición. Durante el siglo XX se impulsaron planes de colonización de la isla con poblaciones de la zona central del país, sin ninguna raíz con el pasado de la isla.
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