El pobre Juanito provenía de una familia de campesinos. Juanito quedo solo a los seis años de edad, cuando sus padres fallecieron y sus dos hermanos se fueron de la casa dejándolo solo. Juanito quedo cinco meses solo en la casa sin tener siquiera alimentos para comer. Todo este tiempo esperaba a sus dos hermanos, ya que al partir le dijeron a Juanito que iban y volvían, pero nunca más volvieron.
Juanito todas las tardes salía al encuentro de sus dos hermanos, pero ellos ya no volverían más. Una tarde el niño no pudo soportar más el hambre y salió a caminar tomando un largo camino. Después de tanto caminar Juanito ya no pudo más de tanto agotamiento y hambre y con los ojos llenos de lagrimas llego a la casa de un campesino a pedir un pedazo de pan. El campesino con voz fuerte le pregunto quien era. Yo soy Juanito y voy en busca de mis hermanos que se fueron ya hace seis meses y no se nada de ellos. Mi papá y mi mamá fallecieron hace años- respondió el niño.
Ante esto el campesino tuvo compasión y le dijo que era lamentable lo que le pasaba y que si quería se quedaba con él y lo ayudaba a cuidar una ovejita que tenía. Juanito acepto la invitación a quedarse y el trabajo que le ofrecían, pues con eso podía ganarse el pan. Al otro día, muy temprano, el patrón lo llevo al corral y le entrego doce ovejas para cuidar. Juanito salía con su rebaño al campo todos los días y los llevaba a orillas del lago.
Al mismo tiempo, llamaba a sus hermanos con su llanto. Una noche tuvo un sueño en donde alguien le hablo y le dijo: “Juanito no llores más, pronto vas a tener un compañero. Mañana vaya al lago, pero lleve algo”. Juanito se despertó llorando y no le contó a nadie lo que había soñado. Luego, tomo su desayuno y salió con su rebaño al campo, pasando por la orilla del lago. De pronto vio una cajita flotando en el agua y rápidamente tomo un palo largo para intentar sacarla. Cuando saco la cajita encontró dentro de ella un hermoso niño, al cual tomo del brazo y envolvió con su propia ropa. Luego, tomo una oveja y le saco leche para darle de comer. Después fue en busca de un tronco hueco para dejar al niño y hacerlo dormir.
Mientras el niño dormía, Juanito se fue a la casa de su patrón, pero no le contó nada. Al otro día temprano salió de nuevo con sus ovejas y lo primero que paso a ver fue a su niño. De nuevo, tomo una oveja para sacarle leche y darle de comer al niño. Así pasaron cinco meses en los cuales creció mucho el niño, pero sólo a los siete meses el niño podía caminar solo. El niño comía todo lo que le daban incluso Juanito le daba toda una ración de pava que le daban a él.
Un día el patrón reto a Juanito porque no se comía toda la comida y una mañana lo siguió para ver que le pasaba. De pronto Juanito abrió el tronco donde escondía al niño y este salió corriendo. El patrón lo encontró muy lindo y de inmediato le pregunto a Juanito de donde lo había sacado. Juanito le contó que lo había encontrado a la orilla del lago. El patrón tomo al niño y se lo llevo para su casa, por lo que Juanito quedo llorando toda la tarde.
Al otro día Juanito rogaba para que el patrón le devolviera a su niño, pero el patrón hablo con Juanito y le dijo que ayer había encontrado un pelo de oro cerca del lago y si él se atrevía a buscar y llevarle de donde había salido le devolvería a su niño. Juanito se comprometió a llevar a la niña de pelos de oro dentro del mes de plazo que le dio el patrón. Juanito preocupado por la dura tarea comenzó a caminar por la orilla del lago preguntando por la niña pelo de oro. De repente, mientras iba caminando, encontró un lindo pescadito casi muerto por la falta de agua. Al verlo Juanito lo tomo en su mano y lo devolvió al lago. Después le dijo: -pescadito, yo te voy a salvar, pero cuando te necesite me salvaras tú-.
Luego de pasar varios días caminando, Juanito se sentó a comer, eran como las doce del día. De pronto subió una hormiguita, Juanito la miro y pensó que la hormiga podría tener hambre, así que le dio algo de comer, tomo un poco de harina tostada y la desparramo por el suelo.
Juanito siguió su camino y después de varios días escucho una noticia de la niña pelo de oro. A los 28 días de su partida Juanito llego a la casa del rey. Estaba temeroso, sin saber como llegar a conversar con el rey. Al conversar con los reyes, que eran los padres de la niña pelo de oro, estos se enojaron y le dijeron que antes de llevarse a la niña debía hacer un trabajo que consistía en limpiar una fanega de trigo, separarle todo la piedrecilla y llevarlo a una pieza en donde se guardaba el trigo. Lo llevaron a una pieza llena de trigo y no le pasaron luz, lo metieron en la oscuridad. El pobre Juanito lloraba amargamente, tocaba el trigo con las manos sin saber que hacer, pues ya se le acababa el plazo dado por el patrón.
En su desesperación escucho una voz que le preguntaba porque lloraba tanto. Juanito sin saber quien era y luego de calmar su llanto, escucho con atención la misteriosa voz. Lo escucho denuevo y decía “Juanito, Juanito porque lloras tanto. Acaso no te acuerdas de la hormiguita a la que le diste de comer”. Juanito las recordó y les pidió que lo ayudaran a limpiar la fanega de trigo durante la noche, pues en la mañana debía entregar todo limpio. De inmediato las hormigas se pusieron a limpiar y antes del amanecer le entregaron la fanega de trigo. Juanito agradeció a las hormigas y más tarde llegaron el rey y la reina con su espada en mano para matar a Juanito si es que no había terminado el trabajo.
Al ver que Juanito había cumplido, el rey se entristeció porque sabía que debía entregarle a su hija. Así, el rey tomando la mano de su hija se la entrego a Juanito. La reina mando a dejar a su hija en barco, pero cuando iban llegando al lago, la reina tomo la mano de su hija, le saco su anillo de los dedos y lo tiro en las profundidades del lago. La reina miro a Juanito y le dijo que si lograba sacar el anillo del lago y se lo daba en su mano, podría llevarse a su hija.
Otra vez Juanito no supo que hacer y se sentó a orillas del lago a llorar amargamente. Pero de pronto, escucho una extraña voz que le decía que dejara de llorar, pues debía acordarse del pescadito que salvo y que este lo ayudaría a encontrar el anillo. Después de un rato, salió el pescadito con el anillo de la niña. Al fin Juanito pudo llevarse a la niña pelo de oro y recuperar a su hijo.
Recopilado y escrito por Marcelino Queupil
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