viernes, 11 de septiembre de 2009

La Cultura Y Sebastián Piñera

Cuenta una leyenda oriental, que un anciano recibió de un benefactor dos monedas. Con una compró un pedazo de pan y con la otra una flor. Un niño que pasó le preguntó por qué había comprado una flor si tenía tanta hambre. Y el viejo le contestó: He comprado un pedazo de pan para tener con qué vivir y una flor para tener por qué vivir.

Convencidos de que “no sólo de pan vive el hombre” y de que la cultura es el espejo del alma de Chile, hemos elaborado un potente proyecto de desarrollo cultural que permita a todos alimentar su alma y enriquecer su espíritu, especialmente con nuestra cultura. Esa que con tanto talento representan nombres como Huidobro, Mistral, Neruda, Arrau y los Parra. Pero también la cultura de nuestros pueblos originarios, de nuestras colonias de inmigrantes, del campo chileno y de tantos personajes populares que emergen como las flores en un desierto florido.

Por estas y mil razones la creación, promoción y difusión de nuestro patrimonio cultural será prioritario en nuestro futuro Gobierno y lo haremos en forma democrática y participativa. Nuestro lema será “Construir sin Destruir”, es decir, reconociendo y valorando los aportes de los gobiernos anteriores, como la creación del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, el Fondart, la Dibam y el Consejo de Monumentos Nacionales.

Sin embargo, toda obra humana es perfectible. Por eso avanzaremos en:

1. Fortalecer la dimensión económica de la actividad cultural, que hoy representan cerca del 1.3% del PIB.

2. Incentivar el aporte y participación del sector privado en la creación y difusión de la cultura.

3. Fortalecer la propiedad intelectual de los autores sobre sus creaciones, sin perjuicio de las excepciones necesarias en beneficio de instituciones educacionales y otras categorías especiales. En mi reciente reunión con artistas de la SCD comprometí mi apoyo a esta justa causa.

4. Tender puentes eficaces entre la educación y la cultura, pues la primera sin la última es mero adiestramiento.

5. Descentralizar la cultura, fortaleciendo el rol de las regiones y los municipios.

6. Perfeccionar la ley de Monumentos Nacionales a objeto que sea un verdadero instrumento de conservación y no una especie de certificado de defunción.

7. Ampliar el campo del desarrollo cultural a áreas como el rescate de barrios históricos y memoriales.

8. Perfeccionar la transparencia y equidad de los sistemas de concursos públicos y la eficacia de los procesos de seguimiento a los proyectos ganadores.

La cultura no puede restringirse sólo a los paneles de expertos, a quienes por cierto agradecemos el valioso aporte que seguirán brindando. Cultura también habla de la forma de ser, pensar y sentir de un pueblo. Para fomentar y enriquecer la participación ciudadana y el diálogo artista-ciudadano realizaremos consultas, a través de los medios y ocasiones que corresponda, para recoger la opinión de la gente ¿Por qué despojar de su legítimo derecho a la comunidad de elegir entre, por ejemplo, construir una biblioteca municipal o un teatro comunal?

Al referirnos a la calidad de vida normalmente pensamos en indicadores materiales como ingreso, salud y seguridad. Pero también la gente quiere y merece una vida cultural. Como decía el cardenal Silva Henríquez “en un cambio de época como el nuestro, los pueblos o son fermento del cambio cultural o son sus víctimas. Sólo los pueblos cuya alma es fuerte, sana, noble y generosa son capaces, en tales circunstancias, de modelar las culturas del mañana”.