Las luchas ideológicas a mediados del siglo pasado marcaron las tendencias políticas de la mitad que quedaba hasta que llegara el cambio de milenio o eso pensamos muchos. Durante años los chilenos pasaron sospechando del otro, dudando de sus derechos fundamentales y convenciéndose de que el que piensa diferente es un enemigo público, luego se nos prometió que la alegría se nos venía encima y muchos no saben aún lo que es sonreír o no encuentran muchos motivos para hacerlo.
Chile es un país con grandiosas riquezas naturales, con un capital humano de alto nivel intelectual y con una diversidad cultural que aumenta nuestra riqueza, pero esas riquezas no dan frutos para las masas sociales, los niveles intelectuales los usamos para evadir y engañar y las diversidades culturales son herramientas de segregación, xenofobia y clasismo.
Dar un salto a la civilización social del individuo y potenciar la solidaridad y la responsabilidad por el otro como necesidad fundamental para construir una sociedad avanzada, depende de quienes tienen la posibilidad de poder entregar algo por el otro y no me refiero al asistencialismo tradicional, si no de una entrega de herramientas socio-cognitivas que empoderen responsablemente a la sociedad civil de la capacidad de participar activamente en su destino político y en la construcción de una sociedad mejor.
Actualmente casi no existen espacios políticos desligados de ideologías de antaño o de intereses partidistas que al parecer responden más a deseos privados que a las necesidades de la población que deben y dicen representar.
La democracia representativa nace de la necesidad de un pueblo poco letrado a informado sobre las funciones del Estado y del know how de la política, en donde la elite criolla tomaba el control de las masas y dirigía a la gallada hacia los beneficios que ellos consideraban prioritarios.
Pues bien, ahora casi el 50% de la población chilena es clase media y tiene escolaridad completa y 7 de cada 10 jóvenes está o entró al menos en la educación superior, son la primera generación. La aparición humilde pero sincera de medios alternativos y la masificación de la Internet con su ilimitada capacidad de transmitir ideas sin fronteras, marcan una nueva era, la de la Democracia Participativa.
Las organizaciones sociales está asumiendo roles importantísimos en las decisiones políticas, vociferan sus preocupaciones y crean presiones a los dueños del capital demostrando que la cosa ya no es una fiesta desmedida a costa de la ignorancia de la ciudadanía. Ahora la guagua llora y quiere mamar, pero aún no sabe hablar con claridad y depende de la interpretación del otro. Nuestra sociedad está en esa situación, ya sabe lo que quiere, lo sospecha y lo está pidiendo, pero aún no conoce el lenguaje efectivo para transmitir el mensaje y requiere aprender, organizarse y trabajar.
Ante este escenario político social nace el CID, los Ciudadanos Independientes Democráticos, que aspiran a transformarse con esfuerzo y convicción en un puente sólido para unir los intereses de la sociedad civil con el establishment político vigente y en una plataforma de aprendizaje significativo de civismo y un crisol de conciencia social que permita colaborar. Somos ambiciosos y eso nos enorgullece.
Este domingo 18 de octubre nos reuniremos por primera vez de manera masiva en el foro de la UdeC para sumar nuevos adherentes e informar a quienes desean conocer más sobre este proyecto colectivo, único y diferente de los que hasta ahora se conocen.
Así que ya sabes que ha llegado la hora de quejarse menos y tomar la iniciativa de trabajar por una sociedad más participativa y perfeccionar la democracia mediante una ciudadanía informada y activa.
A las 11:30 en el foro de la UdeC comienza la reunión CID. Si quieres participar y dejar de lado la inercia apática social que nos tiene prisionero éste sistema de convivencia visita y lee
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