Hay que tener mucha fuerza interna para superar tantas situaciones: terremoto, maremoto, perder todo, vivir semanas en una carpa, pasar fríos y ahora ver como lo poco que tienen se moja.
Sin duda es difícil organizar y canalizar la ayuda. Hay albergues, pero si dejan sus pocas cosas solas se las pueden robar.
Hay colegios funcionando, pero quien esta listo para estudiar después de dormir incómodos, con frío o sobre un plástico húmedo?
A diferentes comunas han llegado mediaguas, pero sin techo, porque hay falta de zinc. Acaso no hay otras opciones de techumbre para que las personas reciban luego un espacio para rearmar sus Vidas?
Algunos tienen cocinillas, pero son muchos quienes cocinan o se temperan alrededor de una fogata. ¿Cómo prenderlas ahora con todo mojado? Una opción es equipar las zonas donde viven personas afectadas con instalaciones para cocinar, que sean adecuadas, de uso comunitario y cuenten con agua y gas.
Estoy claro que no es factible pavimentar, pero si se puede distribuir gravilla en las zonas de campamentos para que la gente no tenga que caminar sobre el barro.
Excelente contar con los médicos cubanos en Chillán, pero si no me equievoco, es en la costa donde hay más afectados en nuestra región y donde ahora los fríos y lluvias son amenaza real de enfermedades. Es un hospital de campaña, eso quiere decir que es desarmable. Entonces carguemos camiones y llevémoslo a las zonas donde más se necesita.
Sabias que el Hospital Ruso y sus especialistas se fueron por la baja demanda. Claro, si lo destinaron a Santiago y no a las zonas más afectadas como Cobquecura, Talcahuano, Curanipe, Pelluhue, Cauquenes o Pichilemu, entre otros lugares.
Hay opciones y en estos momentos no se debe dejar de usarlas.
Hay necesidades que no deben y pueden seguir esperando.
Y estamos nosotros, que no debemos olvidar que muchos aún necesitan ayuda y apoyo.
Richard Pincheira Aedo
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