La destrucción mundial de las poblaciones de ballenas se inició con la revolución industrial y la introducción de nuevas tecnologías que trajeron consigo la muerte de millones de ballenas y la devastación de prácticamente todas las especies y poblaciones de grandes cetáceos en menos de un siglo.
Para 1946 la sobre explotación era tan evidente que las naciones balleneras decidieron reunirse y conformar una organización orientada a:
- Regular la Industria Ballenera
- Conservar las poblaciones de Ballenas para las generaciones futuras.
Así nació la Comisión Ballenera Internacional (CBI).
Durante sus primeros 40 años, los intereses políticos y económicos detrás de la matanza impidieron a la CBI cumplir con estos dos objetivos. Como resultado casi todas las especies de grandes cetáceos fueron llevados al borde de la extinción.
En 1986 y gracias al trabajo de cientos de organizaciones civiles y millones de ciudadanos organizados, la CBI adoptó el mayor logro en la historia del derecho internacional: la moratoria sobre la caza comercial de ballenas.
Gracias a la moratoria, las ballenas avanzan lentamente hacia la recuperación de sus poblaciones. Pero eso no es todo. El retorno de las ballenas a lugares ancestrales donde habían desaparecido, ha permitido a cientos de comunidades y millones de personas a nivel mundial beneficiarse directa o indirectamente del uso no letal de estos mamíferos marinos a través del turismo de avistaje de ballenas.
Pero todavía no están a salvo. Las naciones balleneras y en particular Japón, han socavado, violado e incluso intentado eliminar la moratoria. En junio de 2010 las naciones balleneras estuvieron a punto de reanudar la caza comercial mediante una propuesta que prometía engañosamente reducir el número de ballenas cazadas actualmente bajo diversos resquicios legales a cambio de la eliminación de la moratoria y la legitimación de la denominada “caza científica” de ballenas en el Santuario de Ballenas del Océano Austral.
2011 será un año decisivo para las ballenas. Las crecientes presiones políticas y económicas que buscan reanudar la caza comercial de ballenas con el fin de revitalizar la decadente industria ballenera constituyen una creciente amenaza para el futuro de las ballenas y la propia CBI.
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