En el prólogo de la primera
edición de Folcror del Carbón de Oreste Plath, se dice textualmente que
"…Coronel es más pobre en este tipo de muestras (literarias)…" así pues,
quiero desentrañar algunos párrafos de la obra cumbre de la literatura
de la Zona del Carbón, y así, sin animo confrontacional, hacernos una
pequeña pregunta… - SUBTERRA, ¿Obra ambientada en Coronel?
Por PEDRO NEIRA MILCHIO
MEDICO CIRUJANO DE PROFESION – HISTORIADOR Y ARQUEOLOGO INDUSTRIAL DE AFICION
El escritor Armando Donoso, amigo de Baldomero, nos señala en 1912: “Instalado definitivamente en Lota, pasó Baldomero primeramente a ser empleado subalterno en una de las pulperías de la compañía minera, y más tarde, tras larga y meritoria constancia, jefe de ella. Era este almacén, con ribetes de despacho, la quincena del Buen Retiro”; que era entonces un yacimiento explotado por la Compañía de Lota, ubicado en la desembocadura del estero Maule, contiguo a las ciudades industriales de Maule y Puchoco-Schwager. Creemos que en realidad Baldomero Lillo no vivió esos años de juventud en Lota sino en las viviendas de esta mina ubicada en Coronel.
Por otro lado si
analizamos sus cuentos compilados en SubTerra, nos encontramos con
descripciones de parajes como; “las tierras bajas eran inmensos pantanos
de aguas cenagozas”. En el cuento El Pozo nos relata: “No
había muchas dificultades que vencer, pues el terreno sobre el que se
asentaba la pequeña población estaba formado por arena negra y gruesa
hasta una gran profundidad. A los cuatro metros de la superficie brotaba
el agua que se mantenía al mismo nivel en todas las estaciones…”. En Caza Mayor podemos encontrar “…
en las sendas desnudas abrasa la arena negra y gruesa y entre los
matojos, óyese el ruido que producen las culebras y lagartijas que,
hartas de luz y calor, se deslizan buscando un poco de sombra entre el
escueto ramaje de las murtillas…” Estas descripciones geográficas
son muy difíciles de situar en el campamento minero de Lota, pero si son
muy fáciles de distinguir en el distrito carbonífero de Coronel.
Oreste Plath ha recogido el antecedente histórico del cuento La Barrena, conocido como “la guerra de la tos o la guerra del ají”,
que se basa en la contienda de los intereses de Lota y los de Jorge
Rojas Miranda (fundador de nuestra ciudad). La Compañía de Lota creo el
pique Centinela, en el extremo norte de su propiedad, para defender sus
derechos de extracción frente a los trabajos de los Rojas Miranda en
Playa Negra. Así la situación fue muy tensa, y los mineros se
identificaron con los intereses de sus propias compañías. En 1875, se
comentó que los trabajos de Playa Negra amenazaban con inundar los de la
Compañía de Lota, y esto provocó un incidente que la tradición ha
conservado como la pelea grande.
El caso más claro esta en el relato – leyenda Juan Fariña, ya que en la versión de la Revista Católica
(1903) en la que el escritor gana popularidad en el circulo literario,
Lillo, agrega la siguiente nota: “Hace más o menos 30 años que en el
Golfo de Arauco, a la entrada del puerto de Coronel, existía un
importante establecimiento carbonífero denominado Puchoco-Delano. En la
noche de un 19 de septiembre el mar inundo repentinamente la mina. El
origen del hundimiento es todavía un misterio y la presente leyenda está
basada en la tradición conservada entre los mineros”. Este dato clave
fue omitido en las posteriores revisiones y re publicaciones de sus
escritos.
Es
así que la descontextualización de los relatos de Baldomero Lillo, han
llevado de manera no intencionada a que Lota sea mayormente reconocida
como ciudad del carbón, permitiendo que el olvido centralista opaque la
epopeya obrera que se vivió y que aún vive en el corazón de los
coronelinos.
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