Un poeta jamás debe llorar cuando una muchacha de ojos de ámbar lo abandona en el silencio de los puentes o en los callejones sombríos de los muelles.
Un poeta debe soñar todas las noches con su amante y fusilar a los enemigos cuando le roban la memoria o el paisaje de los cantos.
Un poeta debe morir sólo después de haber tomado la última cerveza en la mañana o después de haber fundado las estrellas y canciones con los niños en la lluvia.
JORGE TEILLIER -
Lautaro, 24 de junio de 1935 - Viña del Mar, 22 de abril de 1996
Lautaro, 24 de junio de 1935 - Viña del Mar, 22 de abril de 1996
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