"El Poder Corrompe" es una
frase demasiado simplista que la he escuchado cuando siento que busca terminar
cualquier conversación argumentativa... Casi un dogma de quien gusta criticar a
los políticos en general.
El poder pone a prueba la ética de
quien lo detenta, pero en ningún caso es un absoluto que implique que todos
somos corruptos. Lo cierto es que esa fragilidad humana va a depender mucho, ya
no solo de su entorno, sino de su proceso formativo (lo moral) que se refleja
en su conducta (lo ético). Y en política, la principal escuela de formación son
los propios partidos políticos, que en lo colectivo crean reglas de
comportamiento e ideales que buscan cumplirse con sus actos.
Y lo que planteo no es ningunear
ninguna actividad política individual que se haga desde las trincheras del “ciudadanismo”,
ya que también son una escuela de formación, pero son espacios individuales de
formación, o refortalecimiento de lo que un individuo piensa como correcto.
Pero de lo que recuerdo, de lo escaso que puedo recordar del servicio militar,
una trinchera tiene un solo objetivo: Resistir el Embate. ¿Se puede avanzar
quedándose quieto en un punto del tiempo y del espacio?
Hoy el "ciudadanismo", que vende
popularmente a sus actores como “independientes” (no sé de qué, pero
independientes al fin y al cabo), no está ajeno de las imperfecciones del ser
humano como lo es caer de a poco, o de una sola vez, en los brazos seductores
de la corrupción del poder. De hecho, al no haber un colectivo al cual escuchar
o con el cual dialogar sobre las imperfecciones del proceso político que
desarrolla el individuo, se cae muy fácilmente en los aspectos dogmáticos de
“el poder de uno” y en la imposibilidad de ver el entorno, ceguera que suele adornar
la definición de “Caudillismo”.
Vivir en las trincheras solo ofrece
al enemigo la posibilidad de establecer el Asedio como forma de vencer… Y en
las trincheras del ciudadanismo, sin posibilidad de crecimiento y
enriquecimiento colectivo, se padece un hambre social que difícilmente permite
razonar si es la doctrina del caudillismo el que comanda las acciones.
Pero además del caudillismo, los
autodefinidos ciudadanos tienen una vía muy hermosa como proceso social, que es
salir del individualismo como forma de acción y pasar al trabajo colectivo, que
al transcurrir el tiempo, conforman y son parte de los llamados Movimientos
Sociales o Movimientos Ciudadanos, los cuales dependiendo de la temática que
los afectan se organizan, plantean sus argumentos y desarrollan sus
metodologías de trabajo. Se educan, tienen opinión política, son un aporte a la
discusión y en algunos pocos casos pasan de la declamación a la ejecución de
propuestas.
En la práctica, son entes activos de
la política nacional. Me parece conocido aquella noción.
La Ley Orgánica Constitucional de los
Partidos Políticos en su artículo primero define a estas organizaciones como “asociaciones
autónomas y voluntarias organizadas democráticamente, dotadas de personalidad
jurídica de derecho público, integradas por personas naturales que comparten
unos mismos principios ideológicos y políticos, cuya finalidad es contribuir al
funcionamiento del sistema democrático y ejercer influencia en la conducción
del Estado, para alcanzar el bien común y servir al interés nacional.”
Haciendo un humilde paralelo en el
escenario de la política nacional, me parece que lo único que diferencia a los
ciudadanos “independientes” de los Partidos Políticos es el elemento
administrativo que otorga la Personalidad Jurídica de Derecho Público… En todo
lo demás no veo diferencias, más que aquellas que ofrece la semántica.
Entonces ¿Por qué esa aversión a los
Partidos Políticos si tanto éstos como los movimientos ciudadanos comparte y se
desarrollan socialmente en el mismo nicho? Parece que me equivoqué! porque esa
aversión no viene de los movimientos ciudadanos, viene del “ciudadanismo”
independiente, viene de aquel cuya política se construye, se hace y se ve
reflejada en la única trinchera social que tienen de participación: la
opinología, donde el poder de uno corrompe porque su único criterio de
formación personal carece de todo lo valorable que puede otorgar el trabajo
colectivo y la misión de todo movimiento ciudadano que es buscar siempre el
bien común.
Lo cierto es que en todos los
partidos se cuecen habas… Pero hay algunos donde las habas quedan más ricas y como militante activo de uno de ellos entiendo la misión y visión de estas organizaciones sociales cuyo fin es político.
Luis Fraczinet
"Humonista"
0 comments:
Publicar un comentario