miércoles, 12 de julio de 2017

Mi Pecado Eres Tú

Seguiré tu aroma
buscando el paso que llegue a abrazar tu silueta
fetiche de saberte deliciosa
al tránsito de nuestras madrugadas.

Buscaré tu rostro
tras la esperanza de que pierdas el miedo
a cruzar miradas en cada esquina
con este iluso pecaminoso.

Esperaré tu tiempo
como esperé que el Sol de otoño bebiera ese café
al otro lado de la mesa
jugando inquieta con tu sonrisa.

Tomaré tu mano
pequeña, sedienta y esquiva, deseosa y entregada
para ser eslabón de una esperada recompensa
al sabernos dos.

Encontraré, al cerrar la puerta
ese misterioso embrujo de vernos enjaulados
libres por la sed de ser prisioneros
barrotes de pasiones.

Hablaré con tus labios
y ciego regaré esa dulce piel con mis manos
hasta que juntos, en nuestro espacio
tu abrazo será desnudo.

Engañaré tus sentidos
rasgando entre susurros el alma que brota
entre el aliento de algunas palabras
y esa necesidad ajena por morderte.

Miraré tu piel
y a mi paso abriré tus piernas para saborear
cada gota de placer, llenas de secretos
llenas del pudor desencadenado.

Tocaré tus deseos
y moldearè tu cuerpo con el mio
atrapando tus gemidos
a cada uno de mis abrazos.

Dejaré a tus manos
transitar sobre mi aliento
y buscar esa tibieza brutal
que quedó tras los gritos.

Abriré mis ojos
para encontrar en los tuyos
las vetas de cada historia
que reaguardan mi ausencia.

Volveré a encontrarte
conocerás de mi nombre
y sabrás de la historia que llevará el tuyo
hasta la saciedad
con una sonrisa sin pecados
y una cuota de vida a tu tiempo.
Así, yo te buscaré nuevamente... Para pecar en tu cuerpo.

Fernando