lunes, 22 de marzo de 2010

Chile: Algo De Historia Y Estado

Chile, desde los inicios de su historia, ha sido un país de claro corte exportador. Desde el siglo XVI que ha pasado por distintas clases de exportaciones. Sebo y carne, plata y oro, salitre y en este momento el tan preciado cobre. Chile también ha podido experimentar un gran número de procesos políticos y sociales. Ha experimentado dictaduras, monarquías y la tan elogiada república.

Sin duda que todos estos cambios, todos los pasajes de nuestra historia, han servido para moldear esta, nuestra historia como país y que por más o menos que nos guste son los ancestros que nos miran desde lejos y que permiten a las nuevas generaciones “comprender” el presente en nuestro país.

Sin embargo existe un concepto que ha mutado demasiadas veces en nuestra historia y que en periodos como el que estamos viviendo, periodo de catástrofe, juega en contra. Me refiero al Estado. La macro estructura que encierra a la nación, la cultura, el territorio y la historia de un país, de una comunidad. Desde los inicios de nuestra historia como país “autónomo” a toda presión o determinación extranjera el Estado constituyó el pilar principal de la construcción de nuestro país. Fue el encargado de moldear el virtuosismo de las personas para hacer de Chile una nación prospera, incesante hacia la gloria. Pese a esto, intereses sectoriales, más bien económicos fueron presionando al Estado y de paso al Gobierno a tomar una postura más bien apartada del cuidado de la nación, al punto de transformarlo en una metáfora. “El curioso que mira desde la calle del frente como asaltan a una señora, él solo mira, pero no hace nada, aunque debería”.

A qué punto habrá llegado la realidad de esta metáfora que, en estos momentos delicados, en los cuales es necesario levantar a una gran parte del país luego de una catástrofe de proporciones magnas, los analistas estiman que la reconstrucción del país depende en un 80% de los privados, de la labor de los piadosos privados. Los mismos privados que ponen la cara en las campañas televisivas “pro reconstrucción” y dicen “nuestro aporte haciende a la suma de…” y que en sus publicidades ponen “ahora más que nunca ven a nuestras tiendas. Fuerza Chile”.

La interrogante, creo, es obvia: ¿y el Estado donde está? En qué quedó todo el esfuerzo, toda la confianza que se depositó en el contrato social de principios de siglo XIX, donde se abogaba por una Estado participativo, constructivista, activo, proactivo. Que levantara a los micro empresarios, que mantuviera las condiciones mínimas de bienestar social.

Poco y nada de eso vemos ahora. Vemos, por el contrario, cómo es que los propietarios de edificios que deben ser derrumbados deben correr con los gastos de demolición. Como es que aún es una cuestión de análisis el porcentaje de subsidio que podrá entregar el Estado para la reconstrucción de las viviendas afectadas. Como es que, por otro lado, nos faltan jefes para los servicios públicos, dirigentes para el entramado del Estado, porque quienes debían asumir en aquellos cargos, y que supuestamente estaban todos contactados y listos para entrar a la cancha, se han detractado, por razones que nadie conoce.

Algo se nos ha hecho creer, algo se nos olvida y es que el Estado fue construido para velar por nuestros intereses. Que los impuestos que a diario pagamos todos los Chilenos, desde el niño que se compra un “dos en uno” hasta quien compra una casa, son para asegurarnos valores mínimos de equidad, de seguridad social, de seguridad individual. Dineros que, supuestamente, están pensados para actuar en casos como estos. Estados críticos. Sigamos confiando, al parecer es lo que todos quieren, lo que todos esperan. Seguir confiando en los grandes empresarios, en los altruistas magnates que por comprar materiales de construcción o electrodomésticos nos dan la posibilidad de pagar en cuotas, de acumular puntos. Yo no confío, ¿tú?

"Aunque la verdad de los hechos resplandezca, siempre se batirán los hombres en la trinchera sutil de las interpretaciones."

Felipe Bucci Ancapi
Estudiante de 2º año de
Ciencias Políticas y Administrativas, Universidad de Concepción.
felipebucci @ udec.cl

1 comments:

Anónimo dijo...

buenisimo :)