viernes, 7 de junio de 2024

Viento Norte... Por Gabriela Mistral




El viento Norte viene levantándose, ladino, y aunque,es más viejo que Abraham, así comienza de fino, y si no se apura paso, ya nos coge el torbellino y somos, dentro del loco, un frenético,un zarcillo, un volantín con que juega hasta que cae vencido y se devuelve a sus antros, también él roto y vencido. - Mamá, pero te has trepado a donde el viento indino. - Porque yo me envicié en él como quien se envicia en vino, trepando por los faldeos, siguiendolo por el grito. Yo no era más, era sólo su antojo y su manojillo y a mi me gustaba ser su jugarreta sin tino y en donde estoy, todavía le llamo, a voces, “mi niño”... ¿Sabes a qué baja el Loco? Baja a cumplir su destino. - El no sabe nada, mama, y hace, no más desatinos. Zamarreaba nuestra casa como si fuese un bandido. Ninguno entonces dormía y era como el Anti-Cristo. - Te tiras al suelo como si pasase el Diablo mismo, ¡ay, mi zonzo novelero! Tapa tus orejas hasta que cruce mi Loco suelto, pero déjalo que a mi me cante en Loco divino. Porque, sábelo, nosotros, poetas de él aprendimos el grito rasgado, el llanto. De su libro Poema de Chile, 1967. Editado en Barcelona.