¿Qué Es La Economía Creativa?
El concepto de Economía Creativa (EC) nace de la necesidad de dar forma y diferenciar un proceso de la producción de Bienes y Servicios (ByS) que ya se estaba desarrollando de forma natural en los mercados y que al momento de diferenciarse, marcan una nueva etapa en el desarrollo económico, de esta forma se crea una nueva modalidad de producción, alternativa al proceso de producción tradicional. Este último caracterizado por un mecanismo de generación de ByS que responden a una maqueta, en el proceso, la forma y en el contenido, y que se adecúa a las necesidades básicas de la demanda del mercado.
El ejemplo tipo de la economía tradicional radica en la producción industrial de un bien (puertas con determinadas dimensiones) o servicio (consultorio médico) donde la replicación constante de dicho ByS radica en la necesidad del mercado en que las características de dicho producto no varíe en el tiempo. Es decir, donde un tipo de puerta, con dimensiones o calidad determinada, es lo que el mercado inmobiliario de viviendas sociales rurales (por ejemplo) requiere para poder cumplir con su propio proceso productivo. En el caso del consultorio médico, la comunidad requiere (demanda) de un espacio donde se espera atiendan las necesidades de salud básicas, las cuales, estadísticamente, están dependiendo de una variedad común de enfermedades tratables por el personal destacado en un consultorio.
Es decir, ByS cuya característica principal, como producto del mercado, es la invariabilidad en la producción, en la forma y en el contenido, aunque lo que cambie sea la presentación, la cual suele modificarse a través de un proceso de marketing.
En el caso de la EC se espera que el ByS incluya, tanto en su producción, forma, como en el contenido del producto, elementos nuevos que no habían sido utilizados previamente tanto en el proceso productivo o que no hayan sido incluidos en su producto final y que, además, nazcan de la capacidad creativa del individuo. Esto no significa que podamos crear un nuevo computador con conexiones eléctricas coloreadas, pero si puede ser un notebook cuya fuente de energía sea la Energía Cinética aportada por las teclas cuando escribes. ¿Les gustó la idea? La acabo de crear.
La EC nace desde el propio individuo y sus capacidades de "Crear Algo", haciendo uso de sus cualidades cognitivas conscientes o inconscientes, de generar una o cien ideas y de sus posibilidades de darle forma a esa idea, produciendo un nuevo Bien o Servicio (BS) que se integra al mercado.
La EC asigna valor al producto final (resultado del proceso de creatividad) ya sea en lo intangible, cuya forma de comercializar en el mercado es reconociendo el valor intelectual de la creación o, en lo tangible, asignando valor monetario al producto generado a través de este proceso creativo.
La EC es observada en primera instancia en el mundo del Arte y La Cultura (con todas las definiciones que existan para ésta). Es desde esta área de la economía que se reconoce y rescata el concepto, el cual es sustentado en la capacidad del individuo de ser creativo. Dicha propiedad es puesta en marcha por el artista o el cultor y cuyo producto final (BS) se integra al mercado, lugar teórico o real, donde se transan estos ByS. Es en el Mercado donde el valor que toma el producto es ponderado por parte del consumidor, entre las preferencias y las necesidades del individuo.
Ambos conceptos que interfieren en la decisión del consumo, Preferencias y Necesidades, deberían estar en un orden inverso, pero hay que dudar que la conducta consumista del individuo permita a éste diferenciar u ordenar las prioridades de una manera moralmente correcta.
La EC es elegida por los Estados para incluirla en sus políticas de Desarrollo Económico. Es así como en Chile, la EC es el marco teórico para la política de fomento de la INNOVACIÓN de la CORFO, o de fomento al EMPRENDIMIENTO de SERCOTEC, de participación ciudadana de instituciones como la CONAMA vía los FPA. Es política de Estado y se aplica en todas las áreas donde el Estado tiene injerencia a través de la herramienta llamada "Fondo Concursable" y donde el Estado actúa como promotor del Desarrollo Económico.
Es así como llevamos un poco menos de 20 años aplicando conceptos de EC como motor de generación de nuevos espacios en la economía para su desarrollo.
En el caso de la EC aplicada al mercado de ByS No Sociales, Ambientales o Artísticos (para nuestro tema, Bienes y Servicios No Culturales), se espera que al financiar y ejecutar una muy buena idea, ésta actúe como modelo empresarial replicable en otras circunstancias con las mismas o equivalentes necesidades, esperando por ello resultados similares.
En lo grupal, el Estado espera que al financiar 1.000 ideas o una idea muy buena se genere un aporte al desarrollo económico del país desde el proceso productivo hasta la inclusión del producto en el mercado, fomentando el desarrollo de la iniciativa hacia una vinculación mayor, en este caso la creación o fortalecimiento de una industria (vuelvo a recalcar: se espera). Es decir: Se espera que 1000 individuos, que actúan como individuos generen un aporte o cambio en lo social. ¿es coherente aquello?
En aquellos casos donde la rentabilidad económica de un proyecto o idea genera resultados positivos para el emprendedor es cuando se determina el modelo empresarial a recomendar.
En el caso donde la rentabilidad social es primordial por sobre aspectos economicistas, es cuando se espera que el acto de la creatividad sea de un impacto amplio y positivo en lo social... por dos razones:
1) Porque el acto de la creatividad nace de un sentimiento y necesidades moralmente más bellas que el sólo acto de reflexión para obtener beneficios económicos. En tal sentido el ideario político del creador es llevado a cabo mediante el arte de cultivar la técnica y donde se espera que el arte canalice los anhelos del artista a la comunidad.
2) El Estado ha efectuado una apuesta y ha institucionalizado el proceso de los Fondos Concursables como "herramienta de producción de herramientas" que generen impacto en lo económico, social y cultural, dando pie a la participación de la ciudadanía en la solución de los problemas, y ofreciendo visibilidad de las políticas de gobierno (de turno) situación que otros programas ejecutados por el Estado NO OFRECE.
Tomo como ejemplo un programa de salud comunitaria o un programa de protección de la vida silvestre que nacen con un perfil bajo en lo comunicacional o con una baja dinámica de impacto social, no así en la rentabilidad social esperada. Si bien son programas que nacen de la necesidad del Estado de establecer políticas más allá de lo contingente, carecen de la movilidad y estimulación que aporta un individuo a su propia idea, particularmente porque en el individuo existe un anhelo propio de éxito a lograr y una ambición particular que no se permite el Estado como máquina de trabajo. Es decir: Los gobiernos integran la variable individuo al aparato del Estado generando una dinámica que no la posee.
El Error De La EC
Un error en la concepción de la EC radica en su justificación, no en su existencia. Como la definición establece una naturaleza enfocada en el individuo se espera un impacto social al promover el éxito de una creación. Debido a que el Estado desea masificar la riqueza generada por el éxito de uno, es que establecen programas para poder financiar más “procesos creativos” (Fondos Concursables). Se espera que un 95% de proyectos financiados cumplan con la norma de lo tradicional y que un 5% restante (el nunca bien ponderado margen de error) se salga de la norma y genere muy buenas ideas en lo creativo y como tal, muy buenos modelos a replicar y, que estos modelos aplicados a otras áreas, generen un impacto tanto en el desarrollo económico como en lo social. Es decir, se espera que un ó mil individuos (o proyectos), que actúan como individuos, desarrollen un cambio o un beneficio permanente en lo social.
En este caso la excepción no cumple la regla. Si dos personas crearon GOOGLE con éxito, sería lógico pensar que el modelo fue replicado con éxito por otras 1.000 parejas de amigos y hoy tenemos en internet 1.000 GOOGLES exitosos, ciertamente no es así.
El innovador está creando un modelo para un mercado restringido al campo de acción de su idea, es decir, en el proceso de creación se visualiza un modelo que ocupará un espacio que ya existe, pero fue o está siendo abandonado por otro producto. Por ello su impacto no puede ser mayor que el impacto positivo que ya fue entregado por el producto anterior. Cuando el innovador crea un nuevo espacio en el mercado sin vinculación alguna de productos anteriores habría que discutir la necesidad de dicho producto en el mercado. ¿Los espacios televisivos de farándula? ¿Un celular cuyas características principales sean sus altoparlantes? ¿Un servicio de transporte de pasajeros cuyos asientos son con forma de huevo? Productos y servicios que no nacen de una necesidad, pero crean un nuevo espacio en el mercado y con ello crean una nueva necesidad del consumidor.
Dejando de lado las necesidades de la comunidad, el mercado funciona para los fines que éste se propone. Igualmente, todas las modalidades de producción, con esa premisa, son validadas con indicadores de desarrollo macroeconómico. Dejando de lado las necesidades de la nación, el Mercado de satisfactores funciona, con la premisa de fomentar el éxito individual, con la esperanza de que este éxito aporte al desarrollo en lo social.
Pero cuando se incorporan variables de medición para el desarrollo cultural, en lo social, artístico y medioambiental, el Mercado no genera aportes significativos y el Estado se obliga a aplicar, según el gobierno de turno, nuevas políticas y programas que disminuyan las problemáticas “hogareñas” de la comunidad. La explicación del Estado para su ineficiencia como promotor del desarrollo social radica en “hay que seguir trabajando” y la explicación para nosotros como individuos, aunque sea penoso y discutible, cae en la frase: “Es un problema cultural del chileno”. Nos hemos acostumbrado a vivir en una sociedad donde nos satisfacemos con trabajos ineficientes aunque sea, inclusive, responsabilidad nuestra.
En La Cultura la EC no actúa de igual forma. (Es Peor)
En el caso de La Cultura, siendo que se espera una Rentabilidad Social de aplicar la EC, ésta no puede medirse con indicadores directos de satisfacción individual (evaluación individual de la ejecución de un proyecto), y menos relacionarse y usarlos como indicadores indirectos de desarrollo social (inversión anual destinada al desarrollo de proyectos de una línea de financiamiento determinada).
Las evaluaciones de efectividad de aplicar EC son creadas metodológicamente para darle viabilidad al sistema. Esto incluye los procesos de evaluación de los Fondos de Cultura (si es que los hay), las evaluaciones de efectividad y eficiencia de aplicar EC caen en procedimiento administrativos que rayan en lo protocolar, en lo que respecta a cumplir con lo programado. Prueba de ello es que no existe autocrítica y por ende corrección de las imperfecciones de las políticas en los Fondos Concursables y no existe una correlación ni estimativa, ni estadística de los impactos deseados originalmente por el o los individuos que aplican EC.
Los Fondos Concursables financian muy buenas ideas o muy buenos formularios, sea como sea, sólo financian ideas y no impactos reales de producción cultural. Cuando las líneas de financiamientos son más específicas en lo temático, buscan aportar a un desarrollo que entre sus objetivos llega a ser imposible de cuantificar, aunque el sentido común considere muy necesario de poder mantener en el tiempo, por ejemplo el Fondo de Fomento del Libro y la Lectura, donde su evaluación es de carácter administrativa y no de impactos sociales reales. Para desmentir esta aseveración sólo sería necesario si los responsables demuestran un trabajo de medición y evaluación de los impactos con el MinEduc. Podemos explayarnos en todas las líneas o fondos concursables y la conclusión sería la misma. Muy buenos proyectos, pero no muy buenos impactos. A todas luces, no existe una correlación de la EC con los impactos esperados en la sociedad. Justificarse mostrando ejemplos de lo válido que puede ser mantener esta política es pensar que 5 proyectos Culturales (Sociales, Ambientales o Artísticos) compensan 95 otros intentos que no lograron su objetivo. Cuando la eficiencia de un programa de financiamiento debería mostrar las cifras en orden inverso. 95 % de buenos impactos y 5 % de iniciativas no logradas.
Ni siquiera en la Economía Dura, ni en todos sus modelos alternativos, han podido demostrar que existe vinculación entre la Microeconomía (cuyo sujeto de estudio es la empresa, para el caso de la EC es el individuo) y la Macroeconomía (cuya base de estudio son las industrias y los grandes conglomerados de entidades, que son parte de la Oferta y la Demanda, para el caso de la EC son las industrias creativas y su impacto social). Es decir, no existen elementos econométricos que vinculen el comportamiento individual y sus resultados con el comportamiento social y su nivel de satisfacción. Sin embargo, se insiste en aplicar políticas de fomento del individuo, esperando resultados con impacto social.
El producto de aplicar el actual modelo de EC es una sociedad sin valor cultural más allá del currículum artístico de algunos próceres, el número de muertos históricos de alguna comunidad, el eventismo de las municipalidades, el chovinismo de las redes de cultura asociadas a la elite centralista de la misma, la eventualidad de algunos que de vez en cuando realizan actividades culturales, o el eterno esfuerzo por mantenerse vivo de aquellos pequeños que realizan algo de cultura para la sociedad. Curiosamente, el aspecto común compartido por estos entes, tanto privados como estatales, grandes y pequeños, es su sobrevivencia cultural basada en la participación de programas financiables en base a concurso. Es decir, la estimulación monetaria de la EC del individuo.
Lo peor de todo esto se encuentra en los resultados que ofrece la EC al mejoramiento de nuestra sociedad y que el Estado valida en su rol como promotor del Desarrollo Social aplica con la modalidad de Fondo Concursable como participación ciudadana. Esto no es un desafío, pero la próxima vez que salga a la calle le recomiendo que salga con una hoja y un lápiz y haga un listado de las cosas que no quisiera volver a ver al día siguiente. Vivimos en una sociedad imperfecta, pero no espero a que el Estado o el Mercado haga su pega y con ello evolucionemos como sociedad, porque no seré testigo en mi vida de ese cambio, menos aún me quedo con la frase terminante y sacadora de apuros para terminar conversaciones: “Es un problema Cultural del Chileno”.
El aporte de los creadores, de los que laboran en ambientes sociales difíciles, los que están en la pelea constante por generar conciencia ambiental no se encuentra en el grano de arena que aporta su actividad, radica en el compromiso personal que raya en lo emotivo y que se explica en el discurso.
Luis Fraczinet
Poeta Cesante
Filósofo de Cocina
Especialista en Sacrificios Mayas
Académico del Depto. de Creatividad de la Universidad de Pelotillehue – UnPelo
Director del Centro de Estudios Culturales Avanzados C.E.C.A.
Nuestro Bio Bío Tierra de Encuentros
Esta es una Investigación C.E.C.A.
viernes, 1 de abril de 2011
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