lunes, 19 de octubre de 2009

El Último Lonko... Por Samuel Lillo

Lleva en su cuerpo arrogante
el amplio manto flotante
i el estraño chitipá;
i parece al sol naciente
el trarilonko en su frente
una diadema real.

En su soberbia cabeza
aun conserva la fiereza
i la altivez del leon.

Su rostro terso, sin vellos;
negros, los lisos cabellos,
símbolos de su vigor.

No se han mojado sus manos
con los sudores villanos
del hacha o del azadon;
sino con la empuñadura de la lanza o con la dura
rienda de su bridon.

I al cruzar por la espesura
con su altanera apostura
i su cuerpo de titan,
creen los robles jigantes
que va pasando, como ántes,
el fiero Caupolicán.

El Lonko piensa, piensa
con los ojos en la inmensa
cordillera frente a él,
cuyas enormes montañas
contemplaron las hazañas
inmortales de su grei.

Le parece que desfila
ante su vieja pupila
el panorama de ayer,
i que ve, por las pendientes
de los montes, los torrentes
de jinetes descender.

El los mira en las llanadas
con las lanzas enristradas,
suelta la rienda al corcel,
como una marea viva
que con su empuje derriba
cuanto se encuentra de pié.

Al frente de todos, uno
mas gallardo que ninguno
i mas altivo que un rei;
en el asalto, el primero;
en el combate, el mas fiero;
es el Lonko Nahuel.

I junto a sus mocetones,
él sueña con los malones
de aquel tiempo que pasó,
cuando al ronco vocerío
de su hueste, el caserío
por la noche despertó.

Aun se figura escuchar
los hurras de sus vasallos,
del incendio al crepitar,
los disparos de fusil
i el correr de los caballos
cargados con el botín.

Hoi está solo, otro ambiente
en torno suyo, se siente
un estraño en su país.

peukayall

Tañi kiñe trafkinmeu kom (Tengo un regalo para todos)

Vl Samual Lillomeu (canción de Samuel Lillo)

Gentileza de Nelson Lobos, Administrador del Grupo Facebook Historia del Pueblo Mapuche: