Bohemio
Me fui quedando en silencio
siguiendo las acrobáticas piruetas
de aquellos brazos que eran
el complemento perfecto
del serpentino y fino talle
Todo era misterio aquella tarde:
rostros escrutando rostros
risas sostenidas en el filo de una copa
desos amarillentos buscando
el último cigarrillo
ojos y más ojos abiertos o cerrados
en la ansiedad del que vendría
Y después de tanta algarabía
la voz pastosa de aquel hombre
hizo vibrar las cuerdas del silencio
Tranquilo de apuros y aplausos
levantó su verso y se hizo savia
humedeciendo las resecas gargantas
Me dejó en los labios la virtud de un beso
y se hundió en la espesura del vino
amargo y dulce como la vida
Alicia Pereda Saavedra
Poetisa de Nuestra Tierra
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