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miércoles, 14 de agosto de 2024

Que Te Den…

Hernán Cortés -cuyas tropas peninsulares se resumían a 400 soldados y una docena de caballos- derrotó al imperio azteca gracias a los yanaconas. O sea a los aborígenes que se pusieron a sus órdenes para combatir a sus coterráneos. El método ha sido copiado por el Imperio para dominar el mundo. Y Hernán Cortés no recibió ni siquiera royalties…

 


Escribe Luis Casado
Fuente Diario Electrónico Politika
 
La tensión crece en Waracas, o Cashington si prefieres. En fin, tú me entiendes, tú me, en la capital dominada por un puñado de oligarcas que se pasan por la epidermis gonadal lo que caiga lejos de sus intereses.
 
La capital del país en que el principal requisito para ser candidato presidencial consiste en disponer de doscientos o trescientos millones de dólares, Donald dijo mil millones pero Horacio asegura que exagera.
 
En los residuos del Imperio, mantener un régimen en el que pocos votan, cuesta un máx.
 
No es un gasto, es una inversión. No se trata de manipular a la opinión privada, es sencillamente un business. El retorno de la inversión, el jodido EBITDA, the profits, las ganancias, el lucro... es jugoso. Tanto más cuanto que quienes manejan el coso se arrogan el derecho de controlar las fuentes de energía, los minerales, las vías de navegación, los flujos financieros, la moneda universal y un puñao de gobiernos de utilería, así como los universales principios morales y éticos que se resumen en el único producto cuya fabricación no transfirieron a China: la democracia.
 
Cuando la oferta y la demanda disminuye, les queda el recurso del método: las guerras.
 
El sistema es transparente, cualidad que contrariamente a lo que se pretende no permite ver nada. Si observas el exterior a través de un cristal transparente no ves el cristal, sino el jardín, la calle, la casa del frente.
 
Así, hay oligarcas que compran la elección presidencial, abiertamente, anunciando urbi et orbi la cantidad de millones de dólares que invierten. En el Imperio es legal, como cualquier otra inversión. Lo que les otorga el privilegio de mangonear, utilizando sus virguerías tecnológicas para inclinar la balanza en favor de su apuesta.
 
Por ahí, Maduro denunció las intromisiones y manipulaciones de whatsapp en Venezuela, lo que le atrajo ipsofactamente las burlas y el pitorreo de la prensa internacional.
 
Por poco tiempo, visto que la Unión Europea le advirtió a su vez a Elon Musk -insigne entrevistador de Donald Trump- que el uso abusivo de su twitter o X equivale a cagarse en la muy hiperestésica democracia del viejo continente.
 
El que se salió de madre fue Thierry Breton, -Comisario Europeo de Mercado Interior-, quien le exigió a Elon Musk el respeto de las leyes europeas y sus reglas de moderación. La respuesta de Elon Musk no se hizo esperar, y mostró la enorme consideración que el Imperio le tiene a sus esbirros, amén de la admirable cultura y elegancia yanqui:
 
“¡Que te den por el culo!” (sic)
 
Aprovechando el impulso, el director de comunicación de Donald Trump, Steven Cheung, denunció una injerencia:
 
La Unión Europea debiese ocuparse de sus propios asuntos en vez de intentar inmiscuirse en la elección presidencial yanqui. Sólo en los EEUU de Joe Biden y de Kamala Harris una organización extranjera no democrática puede sentirse suficientemente atrevida como para decirle a este país lo que debe hacer”.
 
Al leer esto... a Maduro le dio un soponcio: afectado por una crisis tatarita no lograba hablar. Lo que quería decir era simple, te lo resumo a mí manera:
 
Yo firmo esa declaración y la apoyo, para que todos los yanaconas de la chingada, de Madrid a Santiago, de Buenos Aires a Waracas y Cashington, de Bruselas a Nuyak, cierren definitivamente al tarro y nos dejen tranquilos”.
 
Nadie sabe qué bebió Thierry Breton, -un burócrata tan inútil como Ursula van der Leyen o Josep Borrell-, para permitirse criticar a un oligarca yanqui (las apuestas van de la gnole al Calvados, pasando por el alcohol de patatas de 90º...).
 
Lo cierto es que sus pares, que nadie puede calificar de temerarios o bien sólo con los países africanos, se asustaron y se apresuraron en moderar el exabrupto: “No seamoh weoneh, en una de esas gana Donald y ahí entramos a cagar...
 
Imitaron a Vladimir Vladimirovitch Putin, -que contrariamente a ellos tiene unos cuantos dedos de frente-, Putin digo, que interrogado acerca de su preferencia en las elecciones yanquis, respondió: “Ese es un asunto interno de los estadounidenses. A nosotros nos da igual: quienquiera que elijan, tendremos que trabajar con él.
 
Por eso la prensa parisina de hoy anuncia:
La Comisión Europea se distancia de la advertencia de Thierry Breton a Elon Musk”.
 
Para Donald Trump y Elon Musk, -para los oligarcas-, la Unión Europea es Open Bar: aquí pueden manosear las nalgas de Ursula van der Leyen, las de Georgia Meloni e incluso, si se motivan, las de Macron.
 
El muy senil Joe Biden, alegando sentirse mejor y acordarse hasta del código de su VISA, le hizo otro gran aporte al Festival de Humor Negro que es la elección presidencial yanqui.
 
Joe califica a Donald Trump de “verdadero peligro” para los Estados-Unidos, no como él que sólo es un peligro para el planeta.
 
Sintiendo renacer en sus cananas las ganas de disparar, Biden se comprometió el domingo pasado, en una entrevista a CBS, a hacer todo para que Kamala Harris le suceda en Casa Blanca.
 
De paso resumió la técnica electoral que los EEUU usan en casa e intentan imponer en Venezuela y en otros sitios: “Si no gano yo... pierdes tú”.
 
Joe lo dice con sus palabras:
Si él (Trump) gana esta elección, es peligroso. Es un verdadero peligro para la seguridad de USA”.
 
En otras palabras existe sólo UN candidato viable, uno se pregunta para qué coños hacen elecciones. Uno de sus asesores le aclaró que le preguntaban por los EEUU, no por Venezuela, y Joe dijo:
 
¡Es lo mismo! Si no gana mi candidato, es peligroso para los EEUU!
 
Cuando aseguré que lo único peor que un candidato republicano es un candidato demócrata, no estaba bromeando.
 
Lo curioso es que mientras tanto Israel puede continuar asesinando niños en las escuelas palestinas, EEUU y la UE pueden seguir gastando cientos de miles de millones en armamento para alimentar el genocidio en Gaza y la guerra en Ucrania y dos o tres decenas de países, el desorden monetario sigue bailando zouk en los burdeles planetarios, las sanciones económicas siguen hambreando a los países desobedientes y los gobiernos lacayos continúan su dura faena de lustrarle las boots a los cowboys ignorantes del norte... Como todo eso es transparente, no se ve.
 
Mientras tanto el New York Times y el Washington Post hacen como si los EEUU fuesen un país en serio.
 
Que les den...

miércoles, 31 de julio de 2024

No Me Gusta

Y tú, ¿qué crees? ¿Maduro ganó en Venezuela, o el USA-candidato obtuvo 138%? En la Asamblea Nacional de Francia, hace poco, votaron 577 diputados y luego contaron 587 votos... La investigación realizada concluyó en que no pasó nada. ¡En la cuna de la República!


Escribe Luis Casado

Fuente Diario Electrónico Politika


Cada cierto tiempo hace falta lo que los yanquis llaman un decoy, -leurre en francés, señuelo en castellano-, o sea un chamullo para desviar la atención del respetable público, facilitando así la masiva sodomización de la Humanidad. No te hagas al lado, tú también ofreces tu pinche posterior a la concupiscencia, lascivia e insaciable líbido imperial. Pasa que ya estás acostumbrado y no te das cuenta.


Hubo elecciones en Venezuela y había que aprovechar el tema para hacer olvidar Gaza, Ucrania, el criminal bloqueo a Cuba, las sanciones económicas a más de un tercio de la población planetaria, los bombardeos a los vecinos de Israel (Cisjordania, Líbano, Siria, etc.), los asesinatos en tierra extranjera de los dirigentes palestinos (eso NO ES terrorismo), los bombardeos a embajadas adversarias en capitales foráneas, la guerra comercial contra Rusia y China, el proteccionismo cotidiano mientras se entona el salmo librecambista y otras payasadas menores.


Había que enviar “observadores” desde el reino de la límpida libertad democrática, o invitarles desde la sospechosa satrapía bolivariana. No fuera cosa de descubrir algún fraude, uno nunca sabe.


¿Fraude? Eso mismo, como el que denunció en EEUU un cierto Donald Trump, que accesoriamente en ese momento fungía de presidente del Imperio.


“¡Me robaron la elección!”, proclamó, e invitó a sus partidarios a salir a las calles (exactamente como ahora en Caracas) a hacerse justicia por sus propias manos.


¿Y los “observadores”?

¡¿Cuales “observadores”?!

Los que seguramente enviaron Rusia, China, Brasil, África del Sur, Etiopía, Malí, Eritrea, Francia y la Unión Europea, con el propósito de asegurarse de que no hubiese fraude... Esos “observadores” que de seguro se preparan a enviar otra vez a los EEUU para supervisar las muy transparentes elecciones yanquis.


Aclaro que a mí no me gusta Trump. Tampoco me gusta el senil e hipócrita Biden, ese que mantuvo en prisión a Julian Assange durante cinco años. El mismo Assange que fue perseguido durante décadas... por ejercer su profesión de periodista: la libertad de información... ¿conoces?


Por eso escribí una parida resumiendo las elecciones yanquis: se trata de escoger entre la peste y el cólera.


En eso estaba pensando cuando recibí un mensaje de un muy apreciado amigo: “No me gusta Maduro”, me dijo.


A Blinken tampoco le gusta. Blinken, el payaso que va a Israel a asegurarle a Netanyahu que seguirá recibiendo armas para liquidar a la población palestina de Gaza y de todas partes.


Ni a Boric, el presidente chileno que no abre la boca para referirse a los inocentes que ponen en “prisión preventiva” en Santiago, sin proceso y sin condena, mientras el millonario pedófilo Eduardo Macaya que abusó de media docena de niñitas, condenado por la Justicia (?) sigue en libertad. El mismo Boric que viaja a medio Oriente a buscar inversionistas entre los jeques árabes famosos por sus principios democráticos.


A mí no me gusta Kamala Harris, que de la noche a la mañana le provocó una erección priápica a los electores demócratas.


Ni me gusta el loco Milei. Ni me gusta Dina Boluarte, presidente del Perú, y no es sólo por su nombre de pila.


Ni me gusta Daniel Noboa, que oficia de presidente ecuatoriano, y hace invadir por la fuerza las embajadas extranjeras.


Detesto a Giorgia Meloni, primer ministro italiano y transitoriamente presidente de la Unión Europea porque es una fascista declarada. Y a Ursula von der Leyen, de recia raigambre nazi por su familia, presidente de la Comisión Europea que es el vergonzante simulacro de gobierno de la Unión Europea.


Tampoco me gusta Macron, ni su gobierno en plan “La jaula de las locas” pero sin los geniales Ugo Tognazzi y Michel Serrault.


Ni me gusta el rey de Marruecos, notre ami, quien, en su augusta generosidad acaba de amnistiar una docena de presos políticos a propósito de los cuales nadie dijo nada.


En su día no me gustó el pedacito de mierda llamado Guaidó. Ni su clon Leopoldo López. Como no me gusta el cómico Zelensky, ex presidente de Ucrania apuntalado por el complejo militaro-industrial USA.


A Roberto Pizarro no le gusta Daniel Ortega, mandamás de Nicaragua, ni su Rosario Murillo de inspiradora esposa, acerca de los cuales escribió una nota difundida por POLITIKA: para nuestra sorpresa, recibimos algunos mensajes de entusiastas partidarios del par.


Todo esto te lo cuento porque cuando se trata de países rascas, de países al pedo, de lo que los mismos yanquis llamaron “failed states”, pauvres et miserables projets de pays à-la-mords-moi-le-noeud, bostas del rear garden, o sea bostas del patio trasero, el lugar en el que se sitúa el orto de Washington, cuando se trata de la lie de l'Humanité, -digo-, una condición imperativa de sus mandatarios o candidatos a, el requisito imprescindible, la cualidad sine-qua-non... es gustarle al State Department, a la CIA y a la White House (dicho sea de paso De Gaulle no les gustaba, por eso intentaron cargárselo...).


Si no me gustan a mí, ¿qué puedo hacer?

No puedo organizar un golpe de Estado.

No puedo asesinar a un Presidente.

No puedo financiar a la oposición.

No puedo comprar políticos venales.

No puedo aplicar sanciones económicas y financieras.

No puedo bloquear ese país.

No puedo ejercer presiones sobre los gobiernos obedientes.

No puedo bombardearlos.

Ni financiar acciones terroristas.

Ni lanzar una campaña de propaganda a través de los principales medios a la orden.

Ni bloquear resolucions de la ONU.

Ni impartirle órdenes a la OEA.

Ni enviar naves de combate, dos o tres portaaviones, en plan amenaza.


Todo esto era previsible ANTES de que se realizaran las elecciones (dicho sea de paso: si se trata de una dictadura... ¿para qué coños organizar elecciones?).


Y he aquí que buena parte de la opinión que llaman pública (del mismo modo que a las hetairas las llamaron mujeres públicas), la prensa, la radio y la TV de los poderosos, y más de algún despistado, pasan buena parte del día en disquisiciones cuya objeto principal es determinar, ès qualitès, si Maduro ganó o si hubo fraude.


Esto es el prodromo de algo peor que ya está llegando. Eso que la poliarquía deliberativa que decide a nuestras espaldas ya tenía previsto.


Mientras tanto, la práctica ultracrepidariana llega a su clímax, anunciando el goce jeropa que obtienen quienes opinan doctamente de lo que no conocen.


Por mi parte echo mano al recurso que utilizábamos en mi barrio de calles empedradas de la Villa de San Fernando de Tinguiririca: cuando alguien nos tocaba los cojones más allá de la cuenta, la réplica era sólo una palabra:


¡¡Abúrreme!!

lunes, 10 de junio de 2024

El Capital

Los ahorros previsionales «voluntarios» son objeto de la atención de la costra política parasitaria. Y de la buena voluntad de hombres buenos como Hugo Fazio, Miguel Lawner y Manuel Riesco. Pero… si la justicia social dependiese del sentido común de gobiernos obedientes… se sabría.

 

Escribe Luis Casado

 

¡Cálmate! No te alteres. No se trata de copiarle a Karl, ni de un plagio, ni de una malvenida imitación en plan deslocalización industrial. Se trata de nuestro Capital. ¿Nuestro? Xacto.

 

Hace unos días participé en una reunión con un grupo de insumisos, jacobinos, insubordinados, bolcheviques, llámales como quieras, que forman parte de la Fundación Nueva Educación y Sociedad (FNES), tíos Duros de Matar, hombres y mujeres que le han dedicado toda una vida a las luchas sociales.

 

Allí surgió la pregunta del millón: ¿sería posible constituir en Chile un sistema de pensiones controlado por quienes cotizan? Sin lugar a dudas. Existen en Europa sistemas paritarios, así llamados porque quienes administran los fondos son los cotizantes, o sea representantes de los asalariados y de los empresarios.

 

Porque -desde luego- las empresas contribuyen significativamente a la financiación de los sistemas previsionales.

 

Y nunca, que yo sepa, hubo que recurrir a “retiros de los fondos” para atenuar la miseria de los hogares. Entre otros porque los salarios, sin ser generosos, ni siquiera justos, tampoco son tercermundistas como los salarios chilenos.

 

Justamente, la prensa chilena publica cosas como estas:

 

Presidente Boric espera que reforma de pensiones se vote a inicios de julio y afirma que no propiciará retiros de fondos

 

Briones refrenda a Marcel: “Un nuevo retiro sería dinamitar la economía. El exministro de Hacienda arremetió en Cooperativa contra los «terraplanistas irresponsables» que están levantando el tema con fines electorales”

 

Leíste bien: según Briones (puedes cambiar esa chapa por Foxley, Velasco, Aninat, Marfán, Eyzaguirre, Larraín, Arenas, Valdés, Cerda o Marcel, es decir cualquiera de los monos con navaja que han oficiado de ministro de Hacienda), según Briones digo:

 

Un nuevo retiro sería dinamitar la economía

 

¿En serio? Si no le incomoda la digestión Sr. Briones… ¿podría explicar porqué?

 

Servidor tiene una, -explicación-, que paso a referirte ipsofactamente.

 

Los datos disponibles aseguran que los trabajadores asalariados en Chile son unos nueve millones.

 

El salario mínimo está en $ 460.000.

 

La cotización extremadamente voluntaria es -o puede ser- el equivalente del 10% del monto salarial que supere al salario mínimo.

 

A partir de salarios miserables, y sin participación de las empresas, es difícil constituir una protección previsional digna de ese nombre, pero… hay que mirar de cerca:

 

Según un estudio de la Fundación Sol: “…al inspeccionar la mediana –umbral máximo alcanzado por la mitad de los trabajadores y trabajadoras- se revela que el salario es de $500.000 líquidos mensuales, habiendo diferencias entre hombres y mujeres.” Fundación Sol. Salarios al límite: desposesión salarial en ChileMarzo 2024.

 

El estudio de la Fundación Sol muestra que en realidad existe un arco salarial, pero para mostrar lo que deseo mostrar simplifico al máximo:

 

Admitiendo que 9 millones de asalariados cotizan el 10% de lo que excede el salario mínimo, y que todos los asalariados ganan $ 500.000, cada mes ese ahorro global da la suma de: $ 4.000 * 9.000.000 = $ 36.000.000.000

 

Traducido a dólares eso equivale a unos U$ 38 millones mensuales… Este ahorro es entregado en bandeja a los administradores del gran capital.

 

Para darte una idea, la AFP Principal declara en su sitio web que administra en el mundo una suma superior a los 870.000 millones de dólares: casi tres veces el PIB chileno…

 

Si los asalariados chilenos ahorran U$ 38 millones al mes, eso arroja la cifra de U$ 456 millones anuales. Ahora bien, Ciper Chile informaba el 11 de diciembre de 2018 lo que sigue: “Hoy las AFP manejan activos (los ahorros de los cotizantes) por casi US$ 220 mil millones, cifra equivalente a más del 83% del Producto Interno Bruto Nacional.

 

Dicho en otras palabras… ¡los empresarios invierten la plata de los trabajadores, y les pagan su salario con sus propios ahorros previsionales! De paso cobran una modesta comisión.

 

No contentos con eso, piden, exigen, insisten en que el gobierno -o más bien los gobiernos- tomen medidas orientadas a favorecer las inversiones… inversiones que salen del ahorro de los asalariados, ahorro que está en las manos de las AFP por obra y gracia del “modelo”.

 

Ese es El Capital que justifica el título de esta parida.

 

El Capital con que trabajan los empresarios privados le pertenece a los trabajadores asalariados.

 

Los ahorros previsionales constituyen un gigantesco pilar financiero, administrado por filibusteros cuyo poder supera al de los gobiernos, comenzando por el nuestro.

 

Si no sabías porqué ningún pinche gobierno ha querido terminar con las AFP… ahora lo sabes.

 

La Carta abierta a la militancia comunista, firmada por Hugo Fazio, Miguel Lawner y Manuel Riesco, lamentablemente no cambiará nada.

 

Para realizar reformas de fondo, para cambiar el «modelo», hacen falta una gran movilización popular y líderes con carácter y convicciones.

 

Ahora bien… Gabriel Boric me recuerda una reflexión de Charles De Gaulle a propósito del ex-presidente francés Albert Lebrun, de triste memoria:

En el fondo, como jefe de Estado le faltaron dos cosas: ser un jefe, y que hubiese un Estado”. Charles De Gaulle. Memorias de Guerra.

lunes, 13 de mayo de 2024

La Contabilidad Nacional

“Tercera y última parida consagrada por Luis Casado a la distribución de la riqueza en un país llamado Chile. De ahora en adelante no puedes decir que no sabías…”


Por Luis Casado. Fuente Diario Electrónico Politika


“Tercera y última parida consagrada por Luis Casado a la distribución de la riqueza en un país llamado Chile. De ahora en adelante no puedes decir que no sabías…”




Esta vaina -finalmente- será una trilogía: “De qué trata la economía”, “Chile fértil provincia”, y para terminar, “La contabilidad nacional”, que para ser sincero pudo -o tal vez debió- llamarse “La culpa no la tiene el chancho...”


Mis tres paridas centradas en lo que produce un país, en este caso Chile, y en cómo se reparte esa torta.


Ya sabes que gracias al “Grone” aprendí Contabilidad, que fue mi primer oficio en Francia. En esos años las técnicas contables ya eran más que milenarias.


La contabilidad en partida doble fue codificada por Luca Pacioli a fines del siglo XV en su libro: “Tractatus XI particularis de computibus et scripturis” publicado en Venecia en 1494, y que fue uno de los primeros textos que aprovechó la invención de la imprenta. Sin embargo, esas técnicas ya eran utilizadas muy frecuentemente en los bancos italianos desde fines del siglo XIII.


Gracias a una virguería, -la partida doble-, no se te escapa ni un penique. Es imposible maquillar las cuentas, defraudar y engañar al Fisco o a los accionistas de la empresa. Un pinche contador puede descubrir en muy breve tiempo dónde está el dolo.


Por esa sencilla razón, cuando una empresa quebraba en el Chile de mis años mozos, “se incendiaba”. Reducir a cenizas los libros de cuentas era el único modo de disimular las indelicadezas que, de todos modos, podían ser reconstruidas a partir de los datos de las empresas que habían trabajado con la desaparecida.


Para chamullar sobre la economía de un país hace falta un lenguaje común, una sintaxis, palabras entendibles para describir lo que ocurre. Ese lenguaje es el que nos ofrece la Contabilidad Nacional (CN).


El primer sistema de CN fue creado por John Maynard Keynes, quien dirigió en 1941 la delegación británica encargada de redactar los Acuerdos de Bretton-Woods. Tales acuerdos tuvieron como principal objetivo el de organizar un sistema monetario mundial y favorecer la reconstrucción y el desarrollo económico de los países afectados por la II Guerra Mundial.


Ya lo sabes: las guerras de un modo u otro no son sino una extensión del libre mercado, una oportunidad de negocio, business as usual.


Quienes le llevaban las de abajo a Keynes -sus seconds- elaboraron una serie de cuadros para poner en evidencia los recursos producidos y su empleo bajo la forma de consumo, gasto público, subvenciones e inversiones.


Los agentes del Tesoro británico eran muy púdicos, razón por la cual no incluyeron ni el lucro, ni la tesorización entre los empleos del producto.


No hace falta ser un descarado para recordar que entre los empleos del producto se cuentan, muy primeramente, los beneficios, the profit, las ganancias, el lucro, el ROI, las utilidades o, si me apuras un poquillo, el EBITDA (earnings before interest, taxes depreciation and amortization) que es lo mismo pero suena más sabio.


Según los boludos que practican el onanismo a dos manos:


"La contabilidad nacional tiene dos objetivos principales: modelizar y estudiar la actividad económica de un país dado durante un periodo dado por una parte, y prever la evolución de una coyuntura por otra parte. Así puede ser una herramienta de previsión para ayudar a un gobierno a encontrar soluciones o relanzar el consumo".


Como ya he tenido la ocasión de explicarlo, -y como se verifica mirando la realidad que nos rodea-, ni la Contabilidad Nacional, ni la economía son capaces de prever nada, mañana es otro día, no olvides el paraguas, uno nunca sabe (*).


Pero me alejo de mi tema: el producto y su repartición entre los actores del drama.


El PIB de Chile en el ejercicio 2023 fue -según fuentes más o menos creíbles- de 335 mil millones de dólares (Fuente: FMI). La casi totalidad de los economistas y otros desalmados (ministros, presidentes, directores de organismos internacionales, inversionistas, banqueros, etc.) aplauden hasta con las nalgas (jajajajjajaj. Nota del editor :) ). Y comulgan en una pasmosa unanimidad para olvidar muy oficialmente quién palpa qué y cómo.


¿Alguna vez te preguntaste cómo se distribuye ese producto? ¿Cómo se reparte el pijotero PIB?


Para saberlo servidor utiliza las nociones de la Contabilidad Nacional ya descritas: consumo, gasto público, subvenciones e inversiones, agregando como se debe la remuneración del capital (profits).


Consumo


El consumo lo entendemos como la parte que va a la población, es decir la suma de salarios distribuidos durante el periodo. La masa de asalariados en Chile gira en torno a 10 millones de personas.


Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), “el ingreso mediano —cifra que separa la población en dos partes iguales: los que reciben más y los que reciben menos — llegó a $502.604 al mes (2022), es decir, el 50% de quienes trabajan en el país percibieron ingresos menores o iguales a este último monto”.


Siempre según el INE, “El ingreso laboral promedio mensual en Chile fue de $757.752 en 2022”, lo que estadísticamente quiere decir que la minoría que recibe más... palpa mucho, mucho más, como quedó demostrado en mi parida precedente, “Chile fértil provincia”.


Para no pecar de sageraos, tomaremos para el año 2023 un salario único de $ 1.000.000 por trabajador asalariado, lo que para 10 millones de currantes da en el año la cifra de $ 120.000.000.000.000, o si prefieres, U$ 126.000.000.000.


Habrás notado que de este modo he inflado la parte que remunera al personal... que de este modo recupera ciento veintiséis mil millones de dólares al año.


Gasto Público


Los Presupuestos del Estado, la inversión social, los servicios públicos, -que no son precisamente un “gasto” inútil como te quieren hacer creer-, para el ejercicio 2023 fue de $ 76.727.518.317.000, es decir de U$ 80.800.000.000 (Fuente: Dipres)


Según la OCDE: Los ingresos tributarios de Chile, de sólo 21% como porcentaje del PIB, son muy bajos en relación con estándares internacionales, con cerca de un tercio de trabajadores con empleos informales y solo una quinta parte de los chilenos que paga el impuesto a la renta.


Cuando digo que Chile no le cobra impuestos al gran capital, no lo invento. Cuando Mewes lloriquea lo hace de puro lleno, como los cocodrilos.


Por otra parte, si sólo una quinta parte de los chilenos paga el impuesto a la renta se debe mayormente a que el 80% palpa tan poco que califica para recibir “bonos”.


Sumados el Consumo y los Presupuestos del Estado tenemos grosso modo U$ 207 mil millones. Y como quedó dicho, el PIB es de U$ 335 mil millones.


La diferencia es lo que remunera -bajo diferentes formas- al gran capital, o sea la friolera de U$ 128 mil millones de dólares. Solo en el año 2023...


Lucro, utilidades, ganancias en Chile: U$ 128.000.000.000 (año 2023)


Ciento veintiocho mil millones de dólares en el ejercicio 2023...


De este modo, un 38% del PIB que producen 10 millones de trabajadores activos remunera a inversionistas, Bancos, empresarios, comisionistas y rentistas varios, los cuales, numéricamente hablando, son apenas el 1% de la población.


Al respecto es útil comparar ese 38% con los intereses que te paga el Banco por tus depósitos, o las AFP por el dinero que les ofreces a cambio de una hipotética pensión cuando te jubiles.


Dicho de otro modo, Chile es Jauja, la estamos dando, - ¡chutear y correr a abrazarse! -, con la complicidad de toda la costra política parasitaria, gobiernos que no controlan ni los esfínteres, y una casta empresarial abusadora con la población y servil frente a los capitales foráneos.


Aunque resulta chocante repetir que el 10% de la población concentra el 60% de la riqueza, lo repito, porque es el único modo de establecer ante la sociedad que este sistema no puede ser eterno: es imperioso acabar con él.


(*) Nota: RC Merton y M Scholes fueron premio Nobel de economía en el año 1997. Especializados en mercados bursátiles en situación de incertidumbre que vuelven al equilibrio y son “eficientes”, este par se juntó con John Meriwether, ex corredor de Bolsa en el banco Salomon Brothers, para crear un fondo especulativo: LTCM (Long Term Capital Management).


Merton y Scholes estaban seguros de construir una cartera de acciones sin riesgo, vehiculando la ideología del conocimiento perfecto del futuro (las previsiones), y vendiendo una "estrategia sin riesgo" en un mercado especulativo donde las ganancias vienen... ¡del riesgo!


Para resumir, después de invertir U$ 3 mil millones se encontraron con perdidas de varios centenares de miles de millones de dólares. La quiebra de LTCM hizo temblar todo el planeta financiero.


¡Azúcar!



lunes, 6 de mayo de 2024

Chile, Fértil Provincia...

Los datos disponibles en World Inequality Database muestran que en Chile, desde el año 1825 hasta ahora, la repartición del producto no ha cambiado: el 1% más rico concentra en torno al 60%, mientras el 50% más modesto de la población recibe apenas un 6,8%. Lo notable es que los patrones quieren más... No es Ricardo Mewes quién me desmentiría...





Escribe Luis Casado. Fuente Diario Electrónico Politika


Si no leíste “¿De Qué Trata La Economía?” no importa: para entender lo que sigue basta con no ser tan asopado como la mayor parte de los economistas. O los expertos, lo que para el caso viene a ser lo mismo.


En economía, ya se dijo, lo que importa es saber cómo se distribuye el producto. Lo demás sale sobrando. Esta partida examina someramente el caso chileno.


Distribución del producto en Chile. Rojo: 1% más rico = 59%. Azul: 50% más pobre = 6,8% (WID)


Si tiene la suerte de tener un curro, una chamba, una pega, la parte del producto que palpa el currante es su salario. Del salario viven él y su familia. De ahí que el trabajador ansíe aumentarlo para satisfacer sus necesidades más básicas.


Los patrones se quedan con el lucro. Eso explica que impongan un salario tan bajo como sea posible, visto que de ese modo crece su parte, el beneficio, the profit, la rentabilidad.


Para ello cuentan con la abundancia de mano de obra y con el desempleo, con la escasez de oportunidades de trabajo, con las mancomunales de los patrones (Enade, Cámaras de Comercio, Sofofa, Federación Gremial Nacional de Productores de Frutas, Sociedad Nacional de Agricultura, Sociedad Nacional de Minería, etc.), con la preciosa colaboración de gobiernos apatronados y, gracias al Parlamento, con la legislación laboral en vigor que -entre otras- cosas regula los salarios.


Ahí es, precisamente, dónde comienza la discriminación.


De seguro has oído hablar de la Dirección del Trabajo (DT). Según reza en su página web, la DT es el servicio público encargado de fiscalizar y orientar las relaciones laborales en Chile. ¿En serio?


Si te tomas la molestia de visitar el sitio web de la Dirección del Trabajo - www.dt.gob.cl - encuentras perlas como esta:


“A contar del 01 de septiembre de 2023 el Ingreso Mínimo Mensual es de:

$460.000 para trabajadores mayores de 18 años y de hasta 65 años.

$343.150 para trabajadores menores de 18 años y mayores de 65 años”.


Lo que precede establece una notable diferencia para los menores de 18 y los mayores de 65.


¿Sobre qué bases? Misterio.


No está prohibido pensar que, -para los adolescentes y para los adultos mayores-, ganar un 25% menos por una jornada de trabajo esté asociado a una pretendida productividad inferior a la del grupo etáreo 18-65. Así, antes de cumplir 18 años un joven no califica para cobrar el salario mínimo, y debe aceptar cobrar 25% menos.


Curiosamente, en su oficio, a los 16 años Pelé era una celebridad, a los 17 jugaba en la selección brasileña y a los 18 años ya era campeón del mundo. Neruda ganó su primer premio de poesía cuando tenía 16 años. Gabriela Mistral empezó a trabajar a los 15. Pablo Picasso pintaba a los 8 años, y a los 13 inauguró su primera exposición en La Coruña (España). A los 3 años de edad Mozart ya tocaba el piano con gran destreza, antes de los 5 componía pequeñas piezas musicales y a los 8 años compuso su primera sinfonía...


De todo esto ni la Dirección del Trabajo, ni el gobierno ni el Congreso no tienen la más pijotera idea...


En el otro extremo, un trabajador que posee una gran experiencia -elemento importante en la productividad- al cumplir 65 años pierde eficiencia por arte de magia, y comienza a ganar 25% menos. Y si el currante de edad no se jubila es porque hace años lo conectaron a una AFP... ¡Piedad!


En fin, como ves, habría que definir la noción de productividad, y luego medirla en condiciones tales que se obtenga un resultado aplicable a toda la amplia variedad de tareas, empleos, calificaciones, condiciones de trabajo, herramientas, personal de dirección, organización del trabajo y otros detallitos que contribuyen a obtener un determinado producto. Todo esto a la escala del país, de Arica a Magallanes, en la minería como en la pesca, en los talleres de carpintería como en los andamios de los estucadores, en la industria textil como en la agricultura, en la Educación como en la Salud, en la distribución como en la mecánica industrial y, para resumir, en todo tipo de artes y oficios.


Si es el caso, ¿quién definió la productividad? ¿quién y cómo la midió?


Al respecto ponte un parche antes de la herida: un economista normalmente constituido experimenta todo tipo de dificultades cuando se trata de pasar de la teoría a los trabajos prácticos. Uno diría que pierde productividad...


A falta de mejor alternativa, según la muy honorable República Francesa...


La productividad es la relación entre la producción (bienes y/o servicios producidos) y los factores de producción empleados (trabajo, capital técnico, consumos intermediarios, capital financiero utilizado, etc.).” (www.vie-publique.fr)


Como ves, no se trata sólo de la mano de obra.


¿Entendiste algo? Además de que se trata de una boludez traducida del francés, digo. Poniéndolo claro, no hay modo de conocer la productividad de un trabajador si no se toman en cuenta los otros factores de producción: capital técnico, consumos intermediarios, capital financiero, y un gran etc.


¡Haz un hoyo Mamerto! ¿Cómo jefe? ¿A chuzo o con la pala mecánica? ¿O prefiere un tiro de dinamita, jefe?


Habrás notado que las alternativas propuestas por el currito requieren competencias muy diferentes. El salario mínimo definido por la Ley ignora olímpicamente la cuestión de la capacitación del asalariado: el salario es una cuestión de edad. ¡Tú... 343 lucas! ¡Tú... 460 lucas!


En la misma disposición legal, la nota que muestra el sitio web de la Dirección del Trabajo precisa:


A partir del 1 de Julio de 2024 el ingreso mínimo mensual para los trabajadores y las trabajadoras mayores de 18 y de hasta 65 años será de $500.000.”


Si tomas la precaución de efectuar la suma aritmética de la inflación para el periodo septiembre 2023 – marzo 2024, observas que la inflación acumulada es del 30,8%.


Inflación del periodo (Fuente: Trading Economics)


Sept. 5,10%

Oct. 5,00%

Nov. 4,80%

Dic. 3,90%

Ene. 3,80%

Feb. 4,50%

Mar. 3,70%

Total 30,80%


A esta cifra debes agregarle la inflación de abril, mayo y junio. Justamente:


La inflación se ha reducido rápidamente y se ubica cerca de la meta del Banco Central de 3%. En este escenario, se espera que las variaciones de precios sean más acordes con lo que estábamos acostumbrados. (Ipom BC Chile).


Tomando en cuenta las previsiones de los adivinos del Banco Central, -que en materia de inflación tienen “costumbres”-, sumaremos para cada uno de esos tres meses la cifra del 3%, y la inflación total nos da un bello 39,8%.


Por consiguiente, para conservar el poder adquisitivo del salario mínimo, este debiese aumentar en 183.080 pesos para llegar a $ 643.080 mensuales a contar del próximo 1º de julio.


No es el caso, visto que la disposición legal establece que a partir de esa fecha el salario mínimo para los trabajadores cuya edad se sitúe entre 18 y 65 años será de sólo $ 500.000.


La pérdida de poder adquisitivo será de $ 143.080 ¡o sea de un 22,25% en sólo diez meses!


Lo que no cuadra con todo lo que precede son las remuneraciones de quienes cortan el bacalao.


El art. 62 de la Constitución establece que los diputados y senadores han de percibir una dieta equivalente a la de un Ministro de Estado. En la actualidad (julio 2019), el monto bruto asciende a CLP 9.349.851


De paso nos enteramos de lo que cobran los ministros... Si no sabías porqué no quieren cambiar la Constitución de la dictadura... ¡ahora lo sabes!


Además de la Dieta, nuestros legisladores reciben algunos bonos, perdón, asignaciones:


Gastos operacionales: CLP 4.411.681

Staff: CLP 4.544.482

Asesorías externas: CLP 1.743.177


(Nota: los senadores reciben aún más...)


De modo tal que un pijotero diputado chilensis recibe cada mes la módica suma de $ 20.049.191 o dicho de otro modo 43,6 veces lo que gana un currito pagado al salario mínimo.


Al mismo tiempo, -la información viene del Parlamento chileno- un diputado español cobra:


Dieta EUR 2.981,90 mensual (o sea unos $ 3.000.000)

Asignaciones EUR 1.921,20 mensual (o sea unos $ 1.900.000)


Total: $ 4.921.000, o sea una cuarta parte de lo que cobra un diputado chileno. Diputados franceses y alemanes -los dos países más poderosos de la Unión Europea-, cobran menos que los nuestros.


La Biblioteca del Congreso (BCN-Chile), fuente de estos datos, ofrece cifras para nueve países, con esta observación:


“...en el monto resultante de la sumatoria de la dieta como de las asignaciones, el monto mayor corresponde a Estados Unidos, y le sigue Chile.”


Les debe haber dado vergüenza: la Dieta parlamentaria chilena en este año 2024 bajó a $ 7.348.983 ¡lo que representa de todos modos 16 veces el salario mínimo! Nuestros diputados son unos weones muy, muy productivos.


Si te interesas en lo que ganan los electos más cercanos a la población, los Alcaldes, te llevarás una edificante sorpresa:


El sueldo de un alcalde en Chile está compuesto por varios elementos que se suman para determinar su salario total. Estos incluyen el sueldo base, bonificaciones y asignaciones adicionales.


Las bonificaciones pueden provenir de diferentes leyes, como la Ley 18717, Ley 18566, Ley 18675, Ley 19602, entre otras. Además, el alcalde puede recibir incrementos salariales, asignaciones municipales y asignaciones específicas relacionadas con su profesión y cargo, según lo establecido en la Ley 20.922.


Pobres Alcaldes, obligados a recibir “bonos” y asignaciones.


En general, los salarios de los alcaldes oscilan alrededor de los $10 millones mensuales en la Región Metropolitana. Ejemplos recientes incluyen sueldos de alcaldes como Maipú, Santiago y San Ramón con un sueldo superior a los $10.000.000 CLP. Otros salarios cercanos se encuentran los de San Joaquín y Puente Alto con un poco menos de $10.000.000 CLP.

(fuente: www.lacompraideal.cl)


A título de comparación, la Alcaldesa de París recibe un salario de $6.500.000 netos, además de $ 1.700.000 de gastos de representación. Desde luego, a nadie se le ocurriría comparar Maipú, Santiago, San Ramón, San Joaquín o Puente Alto a una aldehuela como la capital francesa.


Porque las comparaciones son odiosas.


La Alcaldesa de París recibe como salario mensual 4,64 salarios mínimos franceses.

Los Alcaldes de la RM reciben 21,74 salarios mínimos chilenos.


Lo simpático es que ni siquiera somos los peores en el mundo. El diario madrileño El País tituló ayer 04 de mayo 2024 lo que sigue:


Mi jefe cobra 77 veces más que yo: estas son las empresas españolas con mayor desigualdad salarial entre directivos y empleados.

Los ejecutivos mejor pagados del Ibex ganaron de media 4,71 millones en 2023 frente a los 60.710 euros que recibieron sus subordinados. Cie Automotive, Indra, Inditex, Banco Santander y Sacyr son las compañías cotizadas donde la brecha de ingresos es mayor.


Estos son salarios anuales. Un asalariado de las empresas mencionadas gana en torno a $ 5 millones mensuales, mientras los “ejecutivos” se embolsan nada menos que... $ 400 millones cada 30 días.


Hasta aquí he examinado los salarios de los “ejecutivos”, y el de los esclavos, perdón, de los trabajadores asalariados.


Fuera queda la parte del producto que remunera los capitales. Lo que no es poco.


Puede que Ricardo Mewes se sienta insatisfecho, que busque más “crecimiento”, esa pomada a la moda que justifica lo injustificable, pero lo cierto es que la proporción del PIB que enriquece a las grandes empresas, es decir a los grandes capitales es asombrosa. Chile, para ganar “atractividad” no cobra impuestos, o cobra muy poco.


De modo que tendré que escribir otra partida para explicar cómo Chile, fértil provincia y señalada, en la región Antártica famosa... contribuye cada año con cientos de miles de millones de dólares a la concentración de la riqueza mundial que hace la felicidad de apenas el 1% de la población planetaria.


¡Menudos somos!