Mostrando entradas con la etiqueta Juan Pablo Cárdenas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Juan Pablo Cárdenas. Mostrar todas las entradas

lunes, 9 de enero de 2023

Chile, Un País De Miedo O Un País Con Miedo

 

Todo mal tiene su génesis. Lo descrito en esta nota no cayó del cielo. La degradación moral, política y social comenzó con el golpe de Estado de 1973 y los crímenes cometidos durante décadas en plena impunidad. El acomodo y la "justicia en la medida de lo posible" hicieron posible la pudrición. Pudrición que llegó a todos los estratos de la sociedad, y a todas sus instituciones. Peor aún, la consolidación del desmadre va hasta confiarle a un grupo de iluminados la redacción de una nueva Constitución. Los zorros a cargo del gallinero... ¿Chile país de miedo, o Chile país con miedo?


gangters


Escribe Juan Pablo Cárdenas S.


Por su peculiar geografía, los habitantes de Chile estamos muy acostumbrados a vivir con miedo. Con temor a los terremotos, maremotos, erupciones volcánicas y otras severas inclemencias que a lo largo del tiempo han cobrado cientos de miles de vidas. Asimismo, los conflictos sociales se han sucedido a lo largo de toda nuestra historia, tanto que después de cinco siglos todavía el país no logra la paz en la Araucanía, y el Estado chileno continúa combatiendo con los mapuches que quieren conquistar sus derechos fundamentales y recuperar sus propiedades ancestrales.


Lo que no teníamos en Chile es tanta violencia delictiva, tanto que por mucho tiempo podíamos ufanarnos de que nuestros índices de violencia y corrupción eran discretos en relación al conjunto de países del Continente. Pero esto ahora ya no es así, lamentablemente. Solo en el último año ha crecido un 43 por ciento en número de homicidios y se han multiplicado en muchas veces los asaltos a mano armada a los hogares, el robo de automóviles y la destrucción más insensata de los bienes públicos. Personas que han llegado a quemar iglesias y asaltar compañías de bomberos y, por cierto, cuarteles de las policías.


Las estadísticas señalan que hoy los miembros de la tercera edad son los principales agredidos por las bandas de delincuentes. Que ya no existen niños que puedan concurrir a sus colegios sin arriesgar un asalto con violencia. Hace pocos días un padre fue brutalmente golpeado para robarle su auto, computador y celular mientras hacía fila para matricular a su hija en un establecimiento escolar, dado este absurdo sistema que obliga a los apoderados a pasar la noche y días enteros a la intemperie para asegurarse el derecho a concurrir a un colegio decente. Que, entre otras cosas, no exhiba tan altos casos de violencia estudiantil y agresiones a los maestros.


Uno de estos jóvenes residentes del barrio más acomodado de la Capital fue captado destruyendo a pedradas un grifo del agua potable simplemente para seguir entretenido, después de una celebración en que se bebió en exceso y posiblemente se consumió droga, cuyos decomisos suman todas las semanas cientos de toneladas de marihuana y otros estupefacientes que llegan al país por las mismas aduanas.


El afán de tener dinero lleva a la corrupción y la delincuencia, tal es así que una joven tenista es expulsada de las competencias internacionales por dejarse ganar a cambio de un suculento pago.


Los administradores del Transantiago acaban de denunciar que los ventanales de decenas de sus buses son destruidos cotidianamente mediante combos y los martillos de seguridad robados desde los carros del Metro. Advirtiéndonos, además, que la reparación de los mismos es muy onerosa y toma varios días antes de que estos buses puedan volver a circular.


Habría que hacer un cálculo de cuánto tiempo le dedican los noticiarios de la televisión para dar cuenta de todo el caos urbano materializado por la delincuencia organizada. Los medios de comunicación han dejado para la cola de sus espacios lo que sucede en el mundo, en la política y qué decir en la cultura mundial y de nuestro país. De esta forma, la sensación de miedo se acrecienta y sirve a aquellos sectores que reclaman mano dura contra los delincuentes.


Porque hasta los más incautos observadores advierten que, de seguir todo igual, no sería extraño que el sucesor de Boric en La Moneda sea alguien de la extrema derecha o que los militares recurran de nuevo a un golpe de estado.


Suma y sigue. Se dice también que los incendios que asolan nuestros bosques y destruyen las poblaciones más modestas se producen en un 90 por ciento por causa humana. Y ya no se descarta que muchos de estos sean ocasionados por grupos organizados para este fin, sobre todo para combatir las ocupaciones ilegales de terrenos y la construcción informal a lo largo de todo Chile, cuestión que ciertamente afecta a las inmobiliarias. Pero incluso que estos siniestros se propongan destruir los bosques y las instalaciones madereras establecidas en los territorios reclamados por los pueblos ancestrales.


En plena época estival, parte importante de la delincuencia se ha trasladado a los balnearios y el temor allí de los veraneantes es sobrecogedor. Al grado que un alcalde ha decretado restricciones a la circulación nocturna y las playas son a diario testigo de los enfrentamientos entre bandas criminales que ponen el riesgo, y también matan, a otros que nada tienen que ver con sus pleitos.


El narcotráfico ya está plenamente instalado en nuestro país y en el lenguaje popular los nombres de los carteles y de sus mafiosos cabecillas están plenamente identificados por la población, así como Gendarmería reconoce que es desde las cárceles donde se conciben y se ordenan muchos delitos de alta connotación e impacto.


A todo lo que sucede, hay que sumar los numerosos casos de corrupción política y policial, algunos de los cuales logran ventilarse en los Tribunales y la prensa. De esta forma es como recién se descubre que en el pudiente Municipio de Vitacura el ex edil se favorecía de una organización delictual para asaltar el erario municipal, pagar sobresueldos y distraer para sus bolsillos varios miles de millones de pesos. Un alcalde de derecha, en este caso, que se suma a las de otras autoridades socialistas y de otros colores de nuestro arcoíris partidario.


Desfalcos enormes en Viña del Mar y la comuna de Maipú con recursos robados a la educación y la salud pública. Casos que felizmente empiezan a descubrirse, aunque los especialistas reconocen que es en los municipios donde se acometen mayormente los desfalcos y malversaciones.


Tales como los acometidos por centenares de médicos sorprendidos por la emisión de miles de licencias médicas fraudulentas. Agreguemos, además, la impunidad que sigue favoreciendo a los más poderosos delincuentes del mundo empresarial, que no cesan de cometer colusiones en sus precios y servicios, como ahora, falsificaciones (al estilo de los de La Polar) en desmedro de los millones de consumidores.


En la jerga judicial se habla de jueces “garantistas”, expertos en descubrir vicios procesales que les sirven para sobreseer y dejar en la impunidad a no pocos hechores.


Y aunque el país ha recuperado cierta confianza en sus efectivos policiales, todavía se constatan robos y otros delitos perpetrados por ellos mismos. Y las cifras de la delincuencia organizada siguen creciendo.


De norte sur, Chile huele a humo con las miles de hectáreas y poblaciones arrasadas por el fuego. Y a la propia contaminación ambiental se ha sumado el ruido de las balas que silban cotidianamente en los supermercados, las multitiendas, calles y barrios. Especialmente al caer la tarde y la noche.


Como en todo drama social el pueblo vive con miedo e impotencia, pero no sería tan extraño que se resignara a someterse y asumir la tragedia como nuestro pan de cada día. Mal que mal, se dice que somos animales de costumbres.


Fuente: Diario Electrónico POLITIKA

domingo, 4 de diciembre de 2022

Solo Falta La De Pinochet...

La culpa no es mía, soy 'franco-chileno'. Conozco un poco las Historias de ambos países. En Francia, con la derrota del nazismo y la Liberación, el Primer Ministro de la colaboración con los nazis, Pierre Laval, fue fusilado. El Mariscal Pétain, que ofició de 'Presidente', fue condenado a muerte. El General de Gaulle conmutó esa pena por prisión perpetua, y Pétain murió en prisión, pudriéndose en vida en la isla d'Yeu, en donde a su muerte fue sepultado para el olvido. En Chile, a los responsables, culpables y/o derechamente criminales, les rinden homenaje. Una nota ejemplar de Juan Pablo Cárdenas, que hay que agradecerle.




Por Juan Pablo Cárdenas S. | Fuente Diario Electrónico Politika


En el entorno de La Moneda se ha instalado una estatua del ex presidente Patricio Aylwin. A su ceremonia de descubrimiento ha asistido el propio Jefe de Estado y un conjunto muy variopinto de autoridades políticas y de toda índole. El monumento quedará muy cerca del de Salvador Allende, Jorge Alessandri y del ministro Diego Portales, a quien se le atribuye ser el principal forjador de nuestra República.

Los tres discursos que se pronunciaron obviamente destacaron la trayectoria democrática de Aylwin, incluida las palabras que le dedicó Gabriel Boric, el mismo que ayer como dirigente estudiantil y diputado se expresara en los más duros términos por la responsabilidad que le cupo al mandatario demócrata cristiano en el golpe militar de 1973, como en los años de impunidad de su mandato en favor de los violadores de los DDHH de la Dictadura. De esta forma, el que defendió ante el mundo la insurrección militar pinochetista y después prometiera “justicia solo en la medida de lo posible” resultaba homenajeado no solo por sus camaradas sino por una amplia gama de los que fueran sus más duros adversarios políticos.

Este es el Chile de hoy. Los que ayer merecieron las más duras descalificaciones ahora se los homenajea y se instalan sus estatuas alrededor de nuestro palacio de gobierno. Empresarios, ex sindicalistas y otros acompañaron esta ceremonia oficial en que se exculpa a este mandatario, como si ello fuera un trámite necesario para afianzar nuestra endeble institucionalidad republicana y democrática. Pensamos que solo debemos esperar el fallecimiento de Sebastián Piñera para que su efigie también se instale en perenne bronce en el corazón de nuestra Capital.

Cómo no recordar en estos momentos aquel pronunciamiento de nuestro poeta Nicanor Parra en cuanto a que “la derecha y la izquierda unidas jamás serán vencidas”, una de las más notables expresiones de nuestro lúcido vate, con toda esa carga de ironía que ponía siempre en sus sentencias. Queda claro que en Chile al fallecer en menos de una o dos décadas se es reivindicado y llevado a los altares de la República. Tal como lo fueron un tirano como el mismo Portales, o un asesino como el propio Arturo Alessandri. ¡Qué insulto más agraviante es que entre estos quede ubicada la estatua de Salvador Allende!

Lo más extraño es que todo esto suceda bajo un gobierno como el de Boric. En una administración plagada de socialistas y comunistas, además de aquellos que solo hasta ayer eran considerados de ultra izquierda por la derecha y la clase empresarial. La misma que hoy es convocada a La Moneda para que ayude a resolver los conflictos con los camioneros y otros gremios. La que en pocos meses se ha hecho dilecta de las giras presidenciales y cuya opinión cada vez es más considerada por quienes se comprometieron a realizar una profunda reforma tributaria y otras que debieran afectar sus intereses.

Nunca la connivencia se había hecho más ostensible y grosera entre derechistas, centristas y socialistas “democráticos”. Más allá de las reyertas que se producen en el Parlamento que tienen mucho más de espectáculo farandulero que de realidad. Porque sabemos que todos los que allí dicen representarnos son los que se aseguran las más altas dietas y granjerías pagadas por los millones de chilenos que ya ven que los grandes cambios prometidos constituyen un total espejismo. Porque si ayer se criticaban los estados de excepción en la Araucanía, hoy estos han pasado a ser el recurso principal de la lucha del Estado Chileno contra los derechos de los mapuches.

Algunos podrán decir que nuestro país ha puesto en práctica una profunda reconciliación. Pero ni las iglesias se atreverían a celebrar este avenimiento ante las injusticias flagrantes que se prolongan y retrotraen nuestra economía. Provocando que los ricos sigan aumentando sus caudales, mientras el pueblo se empobrece y hasta se ve forzado a delinquir para subsistir.

La estatua de Aylwin en la Plaza de la Constitución es de una total desvergüenza si se considera su actitud pusilánime ante con los derechos conculcados por la Dictadura y una gestión presidencial en que fueron abatidas tantas esperanzas populares. Lo consecuente con todo este mundo de incongruencias sería que este gobierno y la clase política den el paso de erigir una estatua monumental a Augusto Pinochet, como el fundador del nuevo estado, la Constitución que todavía nos rige y el modelo económico más que sacralizado por los gobiernos que le sucedieron. Mal que mal siempre cualquier gobierno tiene sus aciertos.

Y si ya no quedara espacio en el entorno del Palacio Gubernamental, se podría levantar este monumento en la Plaza Italia, allí mismo donde fue removida la del general Baquedano con el Estallido social del 2019. De esta forma, este sitio asumiría sinceramente lo que hoy realmente somos: un país que se hunde en la indignidad de su política.

Se entiende que cambiar de opinión es un derecho humano. Sin embargo, ¿tanto y en tan poco tiempo?

lunes, 28 de noviembre de 2022

La Ministra Vallejo, La Desinformación Y El Clarín

Víctor Pey tuvo paciencia. Y fue un luchador incansable. Hasta los últimos días de su vida buscó recuperar lo que la dictadura, con una ayudita de sus sucesores, le robó: el diario Clarín. Víctor, antes de fallecer a sus casi 104 años de edad, nos reiteró la necesidad de continuar la lucha por la libertad de prensa. Razón tenía. Los demócratas progresistas son fieles a las exacciones del pinochetismo, y a la prensa a la órdenes de los poderes financieros. 


Escribe Juan Pablo Cárdenas S. | Fuente: Diario Electrónico Polítika


Aunque las constituciones democráticas establecen que el sufragio debe ser secreto, libre e informado, lo cierto es que son muy pocos los países del mundo que pueden asegurar que sus ciudadanos ejercen un voto plenamente consciente de las alternativas que se le presentan. Sabemos que el poder de la propaganda y del dinero influye considerablemente en las decisiones populares y que la ignorancia masiva conspira contra el carácter republicano de estos procesos.

Se asume que en nuestro país son muchos los electores que concurren a votar nada más porque el derecho al sufragio se les ha hecho obligatorio, tanto así que en el último plebiscito se agregaron más de 5 millones de votantes que ciertamente muy poco sabían de qué se trataba la Carta Magna definida por la Convención Constitucional. Los que, en su desgano por la política y molestia por las demandas populares no satisfechas, terminaron desaprobando la nueva institucionalidad propuesta.

Asegurar que este rechazo no significa un voto de repudio al gobierno de Gabriel Boric sería peor que rendirse al rechazo del pueblo a la posibilidad de una nueva Constitución. En este sentido, el proceso institucional se habría clausurado, entonces, con ese más de 60 por ciento de votantes adversos, cuando apenas un año antes en un 80 por ciento el país animó el nuevo itinerario institucional.

La ministra secretaria general de Gobierno, Camila Vallejo, nos insta en una columna publicada por El Mercurio, a combatir la desinformación ciudadana, sin la cual a su juicio no serían posibles la libertad de expresión, el ejercicio del periodismo y la defensa del pluralismo como valor fundamental de la sociedad. Estando plenamente de acuerdo con ella es que pensamos que nuestras autoridades no han hecho lo posible por consolidar la diversidad informativa que debe caracterizar a las democracias, la que justamente se alimenta de un genuino pluralismo ideológico en los medios de comunicación. Hoy por hoy, los principales instrumentos en la educación y el libre albedrío de las personas.

Si el Régimen Militar clausuró y persiguió tan implacablemente a los medios de comunicación que no le eran afines fue, justamente, para mitigar la disidencia, para que los ciudadanos no tuvieran los conocimientos y alcances de la convicción de que la democracia era preferible a la Dictadura. Para que se mantuvieran desinformados de cuanto ocurría y se convencieran que lo que teníamos era de todas maneras mejor que el caos que imperaba en el mundo, según lo advertían majaderamente las principales autoridades de la época. De allí que la pertinacia y el riesgo asumido por los medios disidentes sea reconocido como un logro fundamental en la tarea de romper el bloqueo informativo, denunciar las violaciones sistemáticas de los DDHH y fomentar la recuperación democrática.

Camila Vallejo, pese a su juventud, seguramente tiene conocimiento de que paradójicamente todos los medios opositores a la Dictadura fueron desapareciendo durante los gobiernos de la Concertación y de la Nueva Mayoría. Debe saber, también, como desde La Moneda nada se hizo para reforzar la presencia de estos diarios y revistas durante la Transición a la Democracia, lo que además fuera propuesto por altos funcionarios de los Países Bajos que nos visitaron con ocasión del cambio de mando. Sin sospechar siquiera que los propios aportes ofrecidos por este país y otras naciones europeas iban a ser impedidos por el propio gobierno de Patricio Aylwin, el que, además, no se allanó a que estos medios pudieran acceder siquiera a la publicidad estatal.

Por el contrario, lo que se comprobó después es que los nuevos gobernantes convinieron con El Mercurio, la Tercera y otros medios pro pinochetistas respetar y prolongar los contratos publicitarios y así salvarlos de sus inminentes quiebras y desaparición. Un gesto que le aseguró a los nuevos moradores de La Moneda un buen trato de parte de estos, al menos por algunos años. “La mejor política de comunicaciones es la que no se tiene” fue la hipócrita explicación de uno de los voceros del primer gobierno de la Concertación, después de asegurarle a los medios que fueron cómplices de la Dictadura una larga vida que se prolonga hasta hoy y se permite, incluso, ofrecerle tribuna a la joven ministra comunista del gobierno actual. Con el tiempo, resultó evidente que las nuevas autoridades optaron por una política de connivencia con la prensa derechista que arriesgarse a la crítica y las demandas que se le harían de parte del periodismo libre e inclaudicable.

Sabe también la ministra Vallejo que, además de hacerse cómplices de la desaparición de tantos medios que contribuían a la diversidad democrática, todos los gobiernos de la Concertación y la Nueva Mayoría litigaron ante el CIADI para impedir que el estado chileno indemnizara a los propietarios españoles del diario El Clarín por la decisión de Pinochet de clausurarlo y apoderarse de todos sus bienes. Un juicio que después de tres décadas le dio finalmente la razón a Víctor Pey y a la Fundación Presidente Allende y acaba de dictaminar la obligación de Chile de compensar a los dueños del matutino con varios millones de euros o dólares por el perjuicio ocasionado el que, sin duda, también representaba una grave transgresión a la libertad de prensa.

Mucho podría hacer la Ministra Secretaria General de Gobierno para que la actual administración no siga dilatando tan justo acto de reparación. Que se comprometa a mediar ante nuestro Jefe de Estado para que cumpla con la sentencia de este tribunal internacional. Con lo que, además, se posibilitaría la reaparición del diario que hasta hoy puede demostrar que es el de mayor circulación de nuestra historia, aunque en la actualidad está reducido solo a una versión electrónica.

La reaparición de Clarín sin duda contribuiría a la diversidad informativa que sigue tan ausente en nuestro sistema de medios, donde impera tanto la uniformidad de los contenidos de la TV, radio y periódicos, así como la desinformación popular señalada por la ministra en su columna. Podría alentar, con ello, a que se cumpla con lo que el mismo diputado Boric prometió respecto de este diario silenciado y que hoy busca reaparecer con la indemnización ya definida.